Vivir feliz, vivir con felicidad - La Colmena

Vivir feliz, vivir con felicidad

Correr en las noches ya no es un problema para Julio Andrade. Antes vivía en el norte de Guayaquil, una ciudad donde ocurren en promedio 183 robos a domicilios cada mes, según la Fiscalía. La inseguridad en las calles no le permitía realizar su rutina diaria de ejercicios. “Era como vivir con paranoia, siempre tenía […]

Correr en las noches ya no es un problema para Julio Andrade. Antes vivía en el norte de Guayaquil, una ciudad donde ocurren en promedio 183 robos a domicilios cada mes, según la Fiscalía. La inseguridad en las calles no le permitía realizar su rutina diaria de ejercicios. “Era como vivir con paranoia, siempre tenía que ver si alguien me seguía”, dice Julio. Desde hace cuatro años vive en Villa Club y no ha dejado de trotar. Allí, la seguridad es un tema de todos. Igual ocurre con cientos de residentes en Ciudad Celeste, Villa del Rey y La Joya, pues estas Ciudades para Vivir son un lugar ideal para ejercitarse o compartir en familia a cualquier hora del día.

La seguridad es esencial para vivir tranquilos y es la prioridad en estas ciudadelas. Las cámaras instaladas en la entrada principal y en los exteriores de las urbanizaciones monitorean e impiden el ingreso a desconocidos.

Si por algún motivo, un intruso ingresa, las alarmas de los cercos eléctricos se activan de inmediato, alertando a guardias y residentes. Los elementos de seguridad hacen rondas constantemente por todas las calles de la urbanización y cada día verifican el perímetro del complejo urbanístico en casa de alguna novedad.  César Terán, administrador de Villa del Rey, dice que cuentan suficientes guardias para monitorear las 24 horas y, que trabajar con la misma empresa en todas las urbanizaciones permite que el resguardo sea conjunto y más efectivo.

Julio llega de su trabajo cerca de las siete de la noche a su casa y se prepara rápidamente para cumplir con las jornadas de ejercicios. Dice que una vez dejó abierta la puerta de su casa cuando salía a trabajar y los guardias lo llamaron de inmediato, a informarle que la iban a cerrar, para evitar inconvenientes. Dese entonces, Julio y su familia tienen más cuidado y verifican que las puertas y ventanas estén cerradas.

Las empresas de guardianía son contratadas, en primera instancia, por la empresa que desarrolló los proyectos urbanísticos. Dilson Flores, gerente de Seguridad Corporativa de las urbanizaciones dice que para que una compañía de seguridad pueda trabajar con ellos tiene cumplir con algunos parámetros desde permisos de funcionamiento y de porte de armas hasta la afiliación al IESS de todos los empleados  El tamaño de la empresa también importa. Su personal debe tener mínimo 120 horas de entrenamiento. Una vez que el contrato con el promotor inmobiliario ha concluido, el directorio de cada urbanización, integrada por residentes, tiene que tomar la decisión de continuar o no con la misma empresa de seguridad; son las directivas electas las quedan a cargo del cumplimiento de las normas de seguridad.

En caso de que existiese un robo, y se compruebe que alguien del personal de seguridad estuvo involucrado, hay un seguro. Este es otro de los requisitos que son solicitados a las compañías de seguridad.

El seguro se hará efectivo cuando un juez, mediante sentencia, así lo dictamine. El control en el ingreso de los complejos urbanísticos es exhaustivo: varias cámaras, ubicadas en lugares estratégicos, graban a todos vehículos y personas que entran y salen. Los guardias no permiten el ingreso de ningún visitante si no ha sido autorizado por los propietarios. Si el auto no cuenta con placas, los guardias lo escoltan hasta llegar a la casa del residente. El administrador César Terán dice que la seguridad es un trabajo de todos. Hay que tomar varias precauciones: se recomienda a las familias no dejar las puertas y ventanas abiertas y si van a viajar deben notificar a la administración. Además, aconsejan alertar de cualquier irregularidad e instalar botones de pánico en las casas, que están conectados con la unidad de policía que trabaja en el sector, así, en caso de emergencia, la respuesta puede ser más rápida.

Por supuesto, en las grandes ciudades nadie está exento de ser víctima de un robo, pero la organización ciudadana es una de las mejores formas de prevenir y manejar este tipo de actos, que en Guayaquil ya son estadísticas mientras que en las Ciudades para Vivir son hechos aislados.

La seguridad se construye con un trabajo conjunto de la administración de cada urbanización, los vecinos, las unidades de policía y otras autoridades del sector de seguridad.

En las Ciudades para Vivir, la seguridad es una prioridad, por eso trabajan permanentemente entre vecinos, para reducir los riesgos y vivir mejor.


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