Construir las mejores ciudades para vivir desde los mejores lugares para trabajar - La Colmena

Construir las mejores ciudades para vivir desde los mejores lugares para trabajar

Lo que tienen en común los mejores lugares para trabajar, es la forma en la que se relacionan los empleados y los jefes, los altos niveles de confianza que tienen entre ellos, el sentimiento de orgullo por trabajar allí y la simpatía que sienten por sus compañeros.

Hace siete años, Alex Vera no tenía título profesional, trabajaba como mesero en un restaurante en la ciudadela La Alborada, y soñaba con ocupar un puesto importante en una empresa importante. Uno de los asiduos visitantes del restaurante en el que trabajaba, vio algo especial en él y lo contrató como mensajero en Villa Club. Una vez dentro de la empresa, supo que trabajaría dentro de una compañía reconocida internacionalmente como uno de los mejores lugares para laborar.

“Este lugar es para crecer” dice Alex, quien se define como un vendedor nato. Motivado por su familia y compañeros, decidió estudiar marketing. Gracias a su habilidad para explicar temas difíciles y captar la atención de compradores, pronto pasó de mensajero a ejecutivo de ventas.

Su historia no es poco común en cada oficina de Ciudad Celeste, Villa Club,  La Joya y Villa del Rey. En estas empresas, los sueños de miles de personas se edifican sobre terreno fértil: son compañías dedicadas al bienestar colectivo.

El reconocimiento Great Place to Work lo avala. En 2013, Villa del Rey quedó en quinto lugar entre las mejores compañías para trabajar en Ecuador, Ciudad Celeste en noveno, La Joya en onceavo y Villa Club en doceavo. El reconocimiento viene de Great Place to Work, una compañía que exige un proceso riguroso de calificación, para determinar qué tan bien se trabaja en las empresas. Quienes las evalúan son expertos, pues llevan más de tres décadas dedicados a esto. Las primeras evaluaciones se hicieron a inicios de los años ochenta, por el periodista Robert Levering, quien realizó varias investigaciones sobre el ambiente laboral. Visitó 150 compañías en dos años y se entrevistó con más de tres mil empleados. A Great Place To Work nació allí. Hoy hacen análisis sobre clima laboral en todo el mundo y desarrollan listados sobre los mejores lugares para trabajar para las mujeres, para las minorías, para millenials. Empresas como Google, Twitter, o la corporación de Hoteles Hyatt, han sido parte de la lista de Great Place to Work. Lo que tienen en común los mejores lugares para trabajar, es la forma en la que se relacionan los empleados y los jefes, los altos niveles de confianza que tienen entre ellos, el sentimiento de orgullo por trabajar allí y la simpatía que sienten por sus compañeros.  Sus estudios se publican en forma anual a través de medios como el norteamiercano, Fortune, el alemán, Handesblatt y el francés, Le Figaro Economie.

Esas características se cultivan a diario en las compañías que promueven Ciudad Celeste, Villa Club,  La Joya y Villa del Rey, pues no en vano han quedado entre los once primeros lugares para trabajar en Ecuador, y entre los treinta primeros, en América Latina. Comparten la visión de Great Place to Work: las metas se logran inspirando, comunicando y escuchando.

La calidad del ambiente laboral ha funcionado como un ancla en Ciudad Celeste, Villa Club,  La Joya y Villa del Rey. De cada 100 empleados, solo 1 decide cambiar de lugar de trabajo.

Cada empresa tiene en promedio 200 empleados y aunque comparten muchas ideas y valores entre sí, cada una se maneja independientemente, y participan de forma individual año tras año para obtener el reconocimiento de Great Place to Work, y otro tipo de acreditaciones.

La calidad del ambiente laboral ha funcionado como un ancla en Ciudad Celeste, Villa Club,  La Joya y Villa del Rey. De cada 100 empleados, solo 1 decide cambiar de lugar de trabajo. Esto se debe a que, quienes están detrás de las empresas promotoras trabajan en equipo, y a que los jefes se ponen en los zapatos de los empleados. Con este enfoque elaboran proyectos que beneficien a los colaboradores y a su familia: concursos internos y campañas en los que participan los hijos de los trabajadores, entrega de kits escolares y regalos  en fechas especiales, eventos deportivos y familiares, entre otros.

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La preocupación por las familias de los trabajadores es solamente trasladar a casa, la idea de las compañías: construir mejores espacios para vivir y que estén al alcance de todos.  Por eso, aquí trabajan para crear todo aquello que anhelan para sus propias familias: seguridad, naturaleza, buenos vecinos, espacios lúdicos y vida en comunidad. Porque saben lo que construyen en cada uno de los proyectos, los trabajadores detrás de cada ciudadela anhelan vivir en ellos y hacen todo lo posible para adquirir una vivienda. Carol Bracco trabaja desde hace cinco años en Ciudad Celeste y, cuando decidió comprar su casa la empresa le hizo un descuento. Ella y su esposo están orgullosos de haber tomado esa decisión y hoy viven en el sitio que soñaron para su familia.

Desde quienes están en las oficinas hasta los que participan en el desarrollo de las obras, todos trabajan en equipo para alcanzar una meta: construir ciudades para vivir. Para ellos el compromiso es con los residentes y su proyecto de vida. Por eso en las empresas, los empleados son el eje del trabajo y saben hacerlos sentir bien. Todo es medible y los resultados tienen su recompensa: incentivos económicos, medallas y reconocimientos públicos ante todo el equipo, gerentes incluidos.

Hay también oportunidades para ascender, como la que tuvo Alex Vera. Lo que más valoran es la dedicación y las ganas de prepararse, cuenta Alex. Como él, muchos empleados empezaron con tareas sencillas y fueron, de a poco, aprendiendo y preparándose para poder tener más responsabilidades. Y eso los motiva: saben que allí pueden crecer. “Así como un deportista entrena más de lo común motivado por sentirse parte de un equipo; un trabajador es exitoso cuando se siente parte de su empresa”, dice Julián Irigoin, académico del IAE Business School y experto en negocios.

Investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania probaron otros beneficios que surgen del sitio de trabajo. Sarah Damaske, autora del estudio, concluyó que cuando hay un buen ambiente en el trabajo, este lugar se convierte en una especie de refugio, donde pueden compartir con sus compañeros de trabajo y concentrarse en una tarea para alcanzar un objetivo.

Pero no se trata solamente de la mejora en las relaciones humanas y el ambiente laboral. Esto tiene efecto en la producción y la eficiencia. Un estudio denominado ‘Trabajo y Felicidad’ realizado por la consultora mexicana Crecimiento Sustentable concluyó que un buen ambiente laboral permite una mejor adaptación a los cambios y puede provocar hasta un 33% más de energía y dinamismo, que se traduce en mayor eficiencia y productividad. El dinero importa – pero no tanto como parece – señala Leonard Glick. profesor de desarrollo organizacional de Northeastern University, Boston.  Una vez que se llega a un acuerdo económico, el efecto se va rápidamente; por ello, la motivación proviene de la oportunidad de aprender y de valiosa sensación de contribuir a un exitoso equipo.

Y eso también se ve reflejado en estas compañías: no se trata solo de cumplir con una obligación, la idea es sobre todo creer en aquello que están construyendo, de unir fuerzas para poder mejorar, de aprender los unos de los otros y de estar orgullosos de los logros que están alcanzando. Aquí, los mejores proyectos son la suma de las ideas individuales, el resultado del conocimiento, la creatividad y la experiencia de trabajadores y jefes, que ponen su empeño en construir las mejores Ciudades para Vivir.


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