Villa del Rey, ciudadela de emprendedores
Ecuador es el país más emprendedor de América Latina según el estudio Global Interpreneurship 2013, que indica además que cada año, en Ecuador, uno de cada tres adultos inicia los trámites para crear su negocio y que el crecimiento de esta cifra es sostenido.
Al recorrer el área social de la Urbanización Reina Beatriz de Villa del Rey, esos datos cobran sentido, pues decenas de personas ocuparon un pequeño espacio para vender todo tipo de productos: desde bisutería hasta obras de arte. Se trata del Bazar Navideño, y es la primera vez que se lo realiza. La idea surgió de la Directiva: crear un espacio para apoyar a los emprendedores que quieran exhibir sus productos y cobrar cuarenta dólares por el alquiler de cada puesto. Así, se incentiva el emprendimiento a la vez que se producen fondos para organizar la fiesta navideña para los niños de la urbanización.
Lo emprendedores supieron aprovechar las oportunidades, considerando sobre todo que en la urbanización viven aproximadamente de quinientas familias.
Gustavo Álvarez, paramédico y chileno de nacimiento, vive hace siete años en Ecuador y tiene la idea de poner su propio negocio. Para ello preparó los ‘Dulce de La Ligua’, denominados así por la ciudad de su origen, y muy populares en su país. Entre los postres que ofreció para la venta estuvieron los chilenitos – bocadillos hechos a base de huevo, colocados uno sobre otro y separados por un bloque manjar casero-. Además vendió otros dulces similares como alfajores y empolvados – muy parecidos a los chilenitos, pero espolvoreados con azúcar impalpable. Para Gustavo el Bazar Navideño fue una buena forma de medir el mercado y conocer qué tanta aceptación pueden tener estos dulces tan típicos en su país y muy poco conocidos en Ecuador.
Los cuadros de Andrés Roche también estuvieron en exhibición. Esta fue su primera vez en una feria; llevó cerca de treinta cuadros para vender a un precio promedio de sesenta dólares. Para él, es importante encontrar espacios como este, en los que pueda mostrar su trabajo, pues sus clientes surgen de las exhibiciones.
La idea del Bazar Navideño fue tan bien aceptada por los residentes de la urbanización, que la venta no terminó a las dos de la tarde, como estaba previsto; se extendió hasta la noche.