Para mayor gloria del verde: Patacón Pisado
Felipe Gutiérrez y Jonathan Vélez dirigen el que, según muchos de los que lo visita, se ha convertido en uno los mejores lugares para comer en Daule. Su nombre es un sinónimo de un plato exquisito, una suerte de buque emblema en la armada de la comida de nuestra costa: Patacón Pisado. Abrió sus puertas hace seis meses en la plaza Tía ubicada entre Villa del Rey y La Joya, y ha tenido muy buena aceptación entre sus clientes. Como su nombre lo hace sospechar, su cocina se especializa en ese ingrediente maravilloso y local que es el verde.
Todo lo que se hace con verde es un triunfo americano, escribió alguien, alguna vez. Según el chef y experto en comida ecuatoriana Édgar León, aunque los españoles trajeron el banano de África a América, sus recetas se centraban en los bananos maduros. Fue en el nuevo mundo –explica León– donde se crearon las variaciones gastronómicas con el banano verde. Así nacieron sopas, frituras, asados, envueltos y empanadas. Hay un sinfín de variedades de verde en el Ecuador. Las más conocidas son: barraganete, ceda, maqueños amarillos y morados, oritos, hartones, comunes, limeños, dominico. Comer en Patacón Pisado es una buena forma de celebrar esa reinvención americana del uso del plátano.
Maduro con lomo
En los vitrales de su entrada está el menú: tigrillos, bolones y maduros, todos acompañados por el elemento de preferencia: queso o chicharrón. Gutiérrez cuenta que nunca han trabajado a pérdida. Él es un emprendedor nato y no desaprovechó la oportunidad de ser su único jefe, confiados en la calidad de lo que ofrecen a sus comensales. Junto a Jonathan Vélez, llegan a las miles de familias que viven dentro de las Ciudades para Vivir de Villa Club, La Joya y Villa del Rey. Contrataron a un equipo de cinco personas expertas en estas recetas, con los que atienden a sus clientes de martes a domingos, de ocho de la mañana a doce del día y —en la tarde— de seis a diez de la noche.
La idea número uno fueron los desayunos y almuerzos, pero esto luego cambió. “Hay que evolucionar”, dice Felipe. Se dieron cuenta de que en las noches sus clientes los buscaban, así no dudaron en ampliar su oferta. Las ideas fluyeron y se quedaron con tres. Los tostones son una suerte de sánduche de: pollo, frejoles, pedacitos de carne de cerdo capturados entre dos rodajas que no son de pan, sino de —oh sí— verde. También están los PataNachos, hechos de carne, lechuga, queso sobre la base de un exquisito patacón. Por último, la estrella que le da nombre a la casa: Patacón Pisado. Es una gruesa lámina de verde que funciona como un barco que lleva como exquisita carga moro de frijoles, lechuga, chicharrón y queso derretido con sal prieta. Todo para satisfacer a sus clientes —y para mayor gloria del verde.
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