Navidad en comunidad en las Ciudades para Vivir

Cruz Sánchez nunca imaginó que armaría un nacimiento que no fuera el de su casa, y mucho menos que lo haría antes de que amanezca, a metros de su hogar. Para muchos ecuatorianos, la madrugada es sinónimo de peligro, pero no para quienes viven en las Ciudades para Vivir. Este diciembre, los residentes de Ciudad Celeste, Villa Club, La Joya y Villa del Rey disfrutarán del pesebre que juntos construyeron —durante varias madrugadas— para rezar la tradicional novena. En estas fiestas, el espíritu navideño se toma las Ciudades para Vivir, donde se celebra en comunidad.

Quienes habitan las urbanizaciones de los cuatro proyectos urbanísticos, no necesitan mirar el calendario para saber que diciembre ha llegado, basta con mirar las fachadas de las casas para constatarlo. En las Ciudades para Vivir, los ciudadanos se han esmerado para decorar no solo sus casas, sino el espacio común que comparten, el que también consideran parte de su hogar. Por eso elaboran un pesebre comunal, en el que intervienen desde niños hasta abuelos, creando piezas únicas para el nacimiento de Jesús. Algunos conjuntos residenciales inclusive están participando en un concurso que elegirá al mejor pesebre, por eso quienes viven en Coral de La Joya dedicaron tres semanas para recrear artesanalmente el sitio en Belén donde nació Jesús.

Quienes habitan las urbanizaciones de los cuatro proyectos urbanísticos, no necesitan mirar el calendario para saber que diciembre ha llegado, basta con mirar las fachadas de las casas para constatarlo.

A mediados de noviembre, Lila, residente de Coral, recolectó todas las cajas de cartones y papel periódico que tenía en su casa para donarlo a la elaboración del pesebre. No fue la única, sus vecinos también apoyaron con lo que encontraron en su casa, como manteles viejos, vasos plásticos, ramas secas y hasta palitos de helado. Todo sirvió. El resultado fue un nacimiento en el que María, José, los tres reyes y los animales eran de cartón forrados con retazos de telas. Hubo también un árbol de Navidad hecho con palitos de helado y las bolas que colgaban de él eran restos de botellas plásticas. No solo en Coral se usó material reciclado, el nacimiento en Rey Carlos de Villa del Rey tenía incluso un muñeco de nieve hecho con vasos plásticos.

Más allá de la competencia, la construcción del nacimiento es una oportunidad para reforzar los lazos que se crean cuando se vive en comunidad. Los vecinos pudieron comprar el nacimiento, pero prefirieron armarlo con sus propias manos, y tener otro pretexto para salir de casa y compartir con quienes viven a su lado.

Este año los habitantes de las Ciudades para Vivir rezarán la novena al aire libre, tomando chocolate caliente y alumbrados con el parpadeo de los focos navideños.