De camping en Villa Club
La imaginación de un niño es suficiente para crear las emociones y aventuras que se viven en los viajes. Zoila, residente de Villa Club, preparó para su pequeño hijo Miguel, de poco más de un año, un camping inolvidable. Para ello, no tuvo que ir más lejos que al patio trasero de su casa. Junto […]
La imaginación de un niño es suficiente para crear las emociones y aventuras que se viven en los viajes. Zoila, residente de Villa Club, preparó para su pequeño hijo Miguel, de poco más de un año, un camping inolvidable. Para ello, no tuvo que ir más lejos que al patio trasero de su casa. Junto con su esposo montaron una carpa y prendieron una fogata, que no alarmó a los vecinos, pues ellos ya estaban avisados de sus planes. Al calor del fuego pasaron una noche como en el campo, sin salir de las Ciudades para Vivir.
Esa noche se contaron historias de terror, hicieron juegos de sombras con cartulinas recortadas y disfrutaron de tiempos de silencio para escuchar el sonido de los sapos, buhos y demás animales que pueblan los cerros colindantes.
El contacto con la naturaleza durante la infancia tiene muchas ventajas en cuanto a salud física y mental, y contribuye también a desarrollar un nivel más profundo de conciencia ecológica.
Para Zoila, que su hijo esté en contacto con la naturaleza es muy importante, además, tiene que acostumbrarlo a dormir en carpa pues planea viajar con él como solía hacerlo antes de su embarazo. Algunos lugares que quisiera volver a visitar – ahora con Miguel – son el Valle de Colchagua en Chile y la Pampa en Argentina.
El contacto con la naturaleza durante la infancia tiene muchas ventajas en cuanto a salud física y mental. Acciones tan simples como mirar las estrellas, previene la miopía – lo dice un estudio realizado por Ian Flitcroft, del Children’s University Hospital de Dublin (Irlanda) – y contribuye también a desarrollar un nivel más profundo de conciencia ecológica. Entre las consecuencias menos conocidas de vivir en ciudades modernas, sin áreas verdes, está el déficit de naturaleza, conocido cotidianamente como síndrome de Heidi. Este consiste en un aumento de riesgos de sobrepeso, déficit de atención, dificultades para socializar y desarrollo de alergias, como ya lo explicamos en La Colmena. El síndrome tiene ese nombre haciendo referencia al libro de Johanna Spyri, en el que la protagonista, Heidi, enferma cada vez que viaja del campo a la ciudad. Las recomendaciones que los sicólogos advocan para prevenir estos males, es criar a los hijos en zonas con áreas verdes, como las que hay en las Ciudades para Vivir.
Zoila va con su hijo al parque que queda a dos cuadras de su casa. Ahí han encontrado a los amigos con quienes Miguel crecerá. En compañía de otras mamás, Zoila está planificando acampar nuevamente, pero esta vez fuera de casa, el próximo mes. Armará la carpa en el Bosque Seco Tropical que rodea las Ciudades para Vivir, y la misión de la noche será protegerse de los animales que escuchó con su hijo desde el patio de su casa.