Las personas felices andan en bicicleta
La capital mundial de la felicidad es Copenhague. Lo dice un ranking hecho por la Universidad de Columbia en Nueva York. Los daneses comprendieron que la fórmula de la alegría consiste en irse en contra de la norma mundial. Por ello más de la mitad de quienes viven Copenhague van al trabajo en bicicleta, y menos de la mitad son propietarios de un carro. En Dinamarca entendieron que andar en bici es mucho más que hacer un deporte, es también un medio de transporte que tiene grandes beneficios.
Quienes construyen las Ciudades para Vivir conocen sobre este nuevo modelo de urbanismo exitoso, por ello no han olvidado de las potencialidades de la bici, y buscan la manera de fortalecer esta tendencia mundial en todas las urbanizaciones.
Construir verdaderas Ciudades para Vivir significa poner al ciudadano por encima de las infraestructuras. Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, recalca la importancia del uso de las bicicletas como herramienta al alcance de todos para combatir el calentamiento global en un mundo que no abandona el transporte que tienen un alto costo ecológico.
Las Ciudades para Vivir están construidas de forma integral: aquí los ciudadanos disfrutan de una comunidad que ofrece todas las instalaciones esenciales para la vida diaria -colegios, hospitales, supermercados- a una distancia corta, como para caminar o a unos pocos minutos de pedaleo.
Un estudio realizado en Dinamarca – el país que ama las bicicletas – revela que por cada kilómetro recorrido en bici el país se ve beneficiado con una ganancia neta de 32 centavos, mientras que la misma distancia en automóvil produce 16 centavos netos de pérdida.
Las Ciudades para Vivir están construidas de forma integral: aquí los ciudadanos disfrutan de una comunidad que ofrece todas las instalaciones esenciales para la vida diaria -colegios, hospitales, supermercados- a una distancia corta, como para caminar o a unos pocos minutos de pedaleo..
El ciclismo como medio de transporte es una tendencia que se hace cada vez más común en los países desarrollados. Además ciclear permite apartarse un poco de los caminos que recorremos habitualmente para redescubrir el sitio en el que vivimos.
Las más de trece mil familias que habitan en las 28 urbanizaciones de las Ciudades para Vivir pueden reducir su huella ecológica haciendo uso de las ciclovías que se encuentran en los diferentes proyectos urbanísticos. Si alguien de Villa del Rey necesita comprar los tomates que le hacen falta para la cena puede tomar la ciclovía, y hacer un recorrido de aproximadamente 500 metros, que baja hasta Plaza Tía. Con ello ahorrará combustible del carro, y a su vez las emisiones de CO2 al ambiente. Además es una buena forma de ejercitarse, y de sentir un poco de adrenalina al bajar el cerro que llega hasta las tiendas más cercanas. En este mismo proyecto están en construcción dos otras ciclorutas que tienen una longitud aproximada de 200 metros cada una.
El ciclismo como medio de transporte es una tendencia que se hace cada vez más común en los países desarrollados. Además ciclear permite apartarse un poco de los caminos que recorremos habitualmente para redescubrir el sitio en el que vivimos.
En Villa Club, hay ciclorutas que están a lo largo de las urbanizaciones Hermes, Luna e Iris. En este proyecto además los ciudadanos participan activamente en eventos que fomentan el ciclismo. Los ciclistas de Villa Club aprovechan los diferentes caminos que existen cerca de esta Ciudad para Vivir, como la ruta hacia Los Lojas. Hace un mes organizaron una carrera en bici en la que participaron niños y adultos
En Ciudad Celeste, el Municipio de Samborondón está construyendo una cicloruta en la avenida principal de acceso. Una vez lista, los residentes podrán salir hasta la avenida principal de la Vía a Samborondón, y pedalear hacia los distintos centros comerciales que hay en la zona. Mientras tanto, en La Joya, se está construyendo un parque lineal de 4.75 hectáreas que contará, entre otras cosas, con la infraestructura necesaria para practicar el ciclismo.
El futuro está en aquellos lugares en donde la infraestructura es amigable con los medios de transporte ecológicos. Las Ciudades para Vivir son ya parte de ese futuro responsable con el medio ambiente, en el que la comunidad se fortalece en los espacios públicos.