Tribu de Mamis: las mamás primerizas de las Ciudades para Vivir
Las mamás primerizas son como los chicos de primer curso enfrentándose a los sabelotodos que están a punto de graduarse. A ellas, todo se les cuestiona: “Lo estás haciendo mal”, “Lo estás matando de hambre”, “Se va a mal acostumbrar al brazo”, “Está con frío”, “Se muere de calor”. Ninguna mamá se atreve a decir […]
Las mamás primerizas son como los chicos de primer curso enfrentándose a los sabelotodos que están a punto de graduarse. A ellas, todo se les cuestiona: “Lo estás haciendo mal”, “Lo estás matando de hambre”, “Se va a mal acostumbrar al brazo”, “Está con frío”, “Se muere de calor”.
Ninguna mamá se atreve a decir -en esos primeros días- que quiere salir corriendo de casa para poder dormir cinco minutos más. O que ya no quiere cargar más al bebé porque le duelen los brazos. La depresión postparto es un hecho, una de cada seis mujeres lo sufre, pero pocas hablan al respecto a causa de la tendencia de la sociedad a idealizar la maternidad.
Ninguna mamá se atreve a decir -en esos primeros días- que quiere salir corriendo de casa para poder dormir cinco minutos más. O que ya no quiere cargar más al bebé porque le duelen los brazos.
Romina Lam tiene 26 años y tuvo a su primer hijo, Sergio, en marzo del 2015. Ella vive en Luna de Villa Club. El primer mes de Sergio fue duro, Romina pensó que no lo estaba alimentando lo suficiente. Creía que su leche no lo satisfacía y lloraba todos los días. Su familia forma parte del 80% de los residentes jóvenes en las Ciudades para Vivir. Romina pasa todo el día con su bebé, hasta que su marido llega alrededor de las ocho de la noche.
Un día Romina se enteró que en una clínica de Guayaquil realizaban una vez al mes una reunión de apoyo a la lactancia. Se animó y a pesar de la distancia, fue. Ese día se enteró que hay personas dedicadas exclusivamente a dar asesorías sobre lactancia y también conoció a otras mamás que residen las Ciudades para Vivir. Desde entonces ya no se reúnen sólo una vez al mes, al ser vecinas, se encuentran casi a diario.
Las nuevas mamás de las Ciudades para Vivir conformaron un grupo al que lo nombraron “Tribu de Mamis”. El grupo funciona como una red de apoyo y contención en donde las mamás puedan encontrar un sitio para exponer sus miedos, cansancios, dudas y sobretodo entender que la maternidad no siempre es sencilla. Encontrarse entre ellas fue el mejor reemplazo a los miles de libros y manuales que hay sobre el cuidado de bebés y que todas habían leído, sin mayor éxito.
Tienen menos de un año de conocerse pero han construido una relación de verdadera hermandad. Carolina, una de las integrantes del grupo, sufre de cálculos en los riñones y en una ocasión tuvo que ser hospitalizada. Su familia vive en otra ciudad y no tenía con quien dejar a su hijo; en el grupo, otra de las mamás, Valeria, se ofreció a cuidar al bebé y darle de lactar. Esa noche, Carolina pudo atenderse con tranquilidad al saber que Juan Martín estaba en excelentes manos.
En el grupo hay 26 mamás que se comunican a través de un grupo de Whatsapp en el que todas participan. Cualquier mamá puede ser parte del grupo, y se las puede encontrar frecuentemente en los parques de las Ciudades para Vivir. Son residentes de Ciudad Celeste, Villa Club, y la Joya y ahora que comparten sus inquietudes, viven mucho más tranquilas y disfrutan mejor la maternidad, porque la Tribu de Mamis reconoce que la crianza en compañía es necesaria porque si mamá es feliz, el bebé también.