Una iglesia para la comunidad - La Colmena

Una iglesia para la comunidad

Las comunidades crean cultura, y ésta, se resume en prácticas, normas, concepciones del mundo, entre otras cuestiones, que pueden vincularse con la identidad. La misa, es una práctica tradicional que está inmensamente arraigada en la vida de los ecuatorianos. Prueba de ello es que el 80% de la población del país confiesa ser católico. Por […]

Las comunidades crean cultura, y ésta, se resume en prácticas, normas, concepciones del mundo, entre otras cuestiones, que pueden vincularse con la identidad. La misa, es una práctica tradicional que está inmensamente arraigada en la vida de los ecuatorianos. Prueba de ello es que el 80% de la población del país confiesa ser católico. Por eso los feligreses de las Ciudades para Vivir han unido sus esfuerzos para construir la iglesia de su parroquia.

Desde el 2010, los feligreses recién llegados a las Ciudades para Vivir se congregaban en un lugar poco usual para recibir misa: la plazoleta de La Piazza Villa Club. Lo que empezó como una misa de unas veinte personas, terminó siendo en una celebración de doscientos católicos.

Pasaron cinco años, y desde 2015, los católicos de las Ciudades para Vivir ya tienen una iglesia en la que rinden tributo a su religión. En octubre del 2013 inició la construcción de la Iglesia San Alberto Magno, ubicada en el vial 1 entre Villa Club y La Joya, de más de tres mil metros cuadrados de construcción, con capacidad para 800 personas. El tamaño necesario para un sector de rápido crecimiento, como lo es Daule. No está completamente terminada, pero alrededor de 600 personas ya reciben misa ahí cada domingo.

La edificación de San Alberto Magno no habría podido ser construida sin la colaboración de los ciudadanos de las Ciudades para Vivir, quienes han trabajado en conjunto para reunir los fondos necesarios. Mes a mes se realizan actividades benéficas como bingos, ferias de dulces, comidas criollas, entre otras. Por ejemplo en julio del 2015 los ciudadanos de Villa Club realizaron una caminata en la que cada participante debía donar 15 dólares a la iglesia. Actividades como esta se viven a lo largo del año para finalizar la iglesia de quienes pertenecen a esta parroquia.

Hoy, lo que inició como un proyecto, se ha convertido en una realidad palpable, gracias al trabajo en comunidad y al esfuerzo de los vecinos de las Ciudades para Vivir.


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