La Joya crece tan rápido como los sueños
Una vivienda es mucho más que un techo y cuatro paredes; la composición -una construcción adecuada y estética-, aquello que las rodea -servicios, naturaleza, centros educativos o médicos- y las características del barrio, tienen un efecto en la calidad de vida de las familias. De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, BID, vivir con las […]
Una vivienda es mucho más que un techo y cuatro paredes; la composición -una construcción adecuada y estética-, aquello que las rodea -servicios, naturaleza, centros educativos o médicos- y las características del barrio, tienen un efecto en la calidad de vida de las familias. De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, BID, vivir con las condiciones que favorezcan un entorno seguro, tiene relación directa con el nivel de satisfacción sobre la vida. Considerando eso, comprar una vivienda, no se trata únicamente de adquirir el inmueble físico, sino también de invertir en un entorno para el desarrollo saludable de la familia.
En el Ecuador, la oferta de viviendas en el mercado, se queda corta con respecto a la demanda que hay que suplir. De acuerdo al Ministerio de Vivienda, alrededor de 300.000 casas hacen falta. Uno de los segmentos más desatendidos es el de la clase media. De acuerdo a la Corporación Financiera Nacional, la falta de viviendas para el sector de clase media es de un 30%. Como parte de una propuesta para ese público, en 2006 nace el proyecto inmobiliario La Joya, que busca dar una respuesta a la demanda de este segmento desatendido.
De acuerdo a la Corporación Financiera Nacional, la falta de viviendas para el sector de clase media es de un 30%. Como parte de una propuesta para ese público, en 2006 nace el proyecto inmobiliario La Joya, que busca dar una respuesta a la demanda de este segmento desatendido.
Hoy en La Joya viven más de veintitrés mil personas en las quince urbanizaciones que conforman este conjunto residencial: un número superior al de los habitantes del cantón Nobol. Este proyecto ha tenido gran acogida porque le brinda a las familias un entorno adecuado, en viviendas que van acorde a sus necesidades. Allí los beneficios van mucho más allá de ser propietarios de su casa, pues la idea de este proyecto -y de los otros que construye la promotora – es que las personas puedan tener una vida feliz, segura y en comunidad. Para eso, se desarrollan amplios espacios verdes y comunales, como parques, piscinas, canchas deportivas y áreas sociales, con los que se pretende incentivar a vivir compartiendo con los vecinos.
A partir de 2016, y durante un plazo aproximado de dos años, cerca de mil nuevas familias podrán tener las llaves de su nueva propiedad en La Joya. Dos nuevas urbanizaciones están por estrenar: Gema, con un espacio para 589 casas, y Corona con 374. Los futuros integrantes de esta comunidad podrán elegir de entre veinticinco modelos de casas para construir el que será su próximo hogar. Además se podrán sumar al Plan Verde, un proyecto de la comunidad que tiene como objetivo reforestar, cada villa tendrá plantado en su patio un olivo negro o tulipán africano.
María José Ponce fue la primera persona en adquirir una vivienda en Corona, ella ya está lista para mudarse a nuevo hogar, una casa con el espacio adecuado para su familia; tres dormitorios en una sola planta. Para ella, el proceso de compra fue inmediato, una vez que tuvo el crédito aprobado en un abrir y cerrar de ojos, solo transcurrieron dos semanas y la llamaron para entregarle las llaves de su casa. Ella muy pronto será parte esta nueva Ciudad para Vivir.