Los vecinos de La Ría son gestores del cambio
En las Ciudades para Vivir, los ciudadanos son copropietarios de las cosas que los rodean. La piscina, las señales de tránsito ubicadas en las calles, el club social, las canchas deportivas: todo pertenece a todos los residentes de las urbanizaciones. Estas ciudades están pensadas para que sus habitantes se apropien de los lugares públicos. Su gente debe cuidar lo que usa. Así la comunidad se vuelve gestora de su localidad. Un ejemplo de ello, son las recientes mejoras que se realizaron en la urbanización La Ría de Ciudad Celeste.
Todo comienza con la organización. Esta es la forma de delegar responsabilidades para alcanzar objetivos que sumen al desarrollo de las urbanizaciones. Por eso, cada ciudadano de las Ciudades para Vivir es parte de una Asociación de Residentes, encargada de velar por el bienestar de su urbanización, el lugar en donde está su hogar. Esta Asociación eligió a los directivos, quienes son los responsables de alcanzar los objetivos que se han propuesto, como tener un buen servicio de seguridad, cuidar de las áreas verdes, entre otros. A través de las propuestas de cada vecino, se logra empoderarlos como actores sobre lo local, que en este caso es su urbanización, su comunidad.
Por eso, los ciudadanos de las Ciudades para Vivir son personas capaces de gestionar y coordinar obras que beneficien su entorno. En La Ría de Ciudad Celeste, Camilo Soriano, presidente de la Asociación de la urbanización comenta que realizaron un plan de trabajo priorizando las necesidades, así planificaron lo que iban a realizar de acuerdo al presupuesto disponible. Desde octubre del 2014, cuando comenzó su rol como Presidente de la Asociación han podido -entre otras cosas- realizar un mantenimiento integral del gimnasio, en el que además reemplazaron máquinas viejas por nuevas, se cambió la alfombra y se pintó el lugar.
Todo comienza con la organización. Esta es la forma de delegar responsabilidades para alcanzar objetivos que sumen al desarrollo de las urbanizaciones.
Las alícuotas que, mes a mes, los habitantes de las Ciudades para Vivir aportan a la Asociación de Residentes, sirve para la autogestión de su entorno. Soriano cuenta que además han podido construir rompe velocidades en las calles de la urbanización. Algo, que en otros barrios no se hace, pues usualmente los vecinos esperan que alguna autoridad lo realice. Aquí no, los ciudadanos se saben capaces de realizar obras que mejoren la infraestructura que comparten.
Hoy, gracias al mantenimiento que le han dado a las canchas de tenis y volley, más personas practican esos deportes, y los vecinos ya tienen planes a futuro. Quieren comprar postes de iluminación para un corredor peatonal y construir una cubierta en el área social para evitar que insectos caigan en la piscina. Dentro de su presupuesto actual también consta la compra de un sistema de audio y video para la sala VIP del Club Social, y así disfrutar mejor los eventos.
Los ciudadanos de La Ría han demostrado que los vecindarios se construyen con la participación de cada persona que los conforman.