Villa del Rey es la casa de un gran artista

Cada vez que Juan Andrés termina un cuadro, firma con su apellido, Juna, y es así como otros artistas lo conocen. Para tener apenas quince años, este joven pintor ha alcanzado méritos que artistas de larga trayectoria anhelan. El retrato que le hizo a su primer maestro de pintura Carlos, lo ubicó en el puesto 23, de entre 55.000 participantes, en el Concurso Internacional Semillas de Artistas del Mundo Entero, organizado por la Unesco y cuya premiación se realizó en Troyes, Francia.

Juan Andrés se involucró en el mundo del arte desde muy pequeño, pues apenas tuvo la motricidad para coger un lápiz, empezó a dibujar. Con líneas imprecisas pero muy llamativas, logró ganar su primer concurso a los seis años. Una concesionaria de autos local buscaba el mejor dibujo del auto de temporada, y el que hizo Juna fue el ganador. Junto con el reconocimiento, se hizo acreedor de una beca para estudiar Artes Visuales en la academia Arte y Diseño Total en Guayaquil.

Lo que más crea Juan Andrés son retratos; le fascina la idea de poder plasmar con sus propias manos las expresiones de las personas.

Juna no es particularmente extrovertido, es uno de esos niños con alma de viejo. Vive en un mundo de adultos. Gran parte de su día a día pasa en el taller de su maestro de pintura, en donde conversa todas las tardes con hombres mucho mayores a él.

Se pueden decir muchas cosas del arte. Es la habilidad que nos hace humanos, una forma de expresión más allá del lenguaje cotidiano; es darle forma y color a las ideas que divagan por nuestra mente. De cierta forma es ser arquitectos de nuestra realidad, y a Juan Andrés le gusta pintar precisamente porque intenta plasmar lo que siente y eso le provoca satisfacción. Lo que más crea son retratos; le fascina la idea de poder plasmar con sus propias manos las expresiones de las personas. De algún modo, así siente el poder de la creación, pues con sus habilidades puede crear rostros a partir de la nada, construir personas imaginarias. Ha experimentado con diferentes técnicas como el óleo y la acuarela, pero Juan Andrés se siente más cómodo utilizando acrílicos.

Juna no es particularmente extrovertido, es uno de esos niños con alma de viejo. Vive en un mundo de adultos. Gran parte de su día a día pasa en el taller de su maestro de pintura, en donde conversa todas las tardes con hombres mucho mayores a él.

Juna tuvo su primera exposición en el 2014 en Las Peñas. Aunque la exposición no fue solamente sobre su obra —pues compartió los muros con otros artistas— el evento significó la posibilidad de mostrarle a la ciudad entera sus cuadros.

Un año después realizó una muestra en el Museo Presley Norton de Guayaquil donde sus obras fueron las únicas protagonistas; fue su primera exposición individual. Desde allí no ha parado, y en enero de 2016 ya expuso en el Centro Comercial El Dorado, en el último piso del mall más grande de Sudamérica, ubicado en Daule.

Juna vive en Villa del Rey, cerca de lo que más activa su creatividad: la naturaleza. En esta Ciudad para Vivir está una de las reservas naturales más hermosas del Guayas. Además de pintar, toca el piano y el violín, juega fútbol y aprende tae kwon do, rodeado de un entorno muy propicio para inspirarse, ejercitarse y crecer.