La esquina de Ales
Hace dieciocho años un joven manabita abrió un asadero de pollos cerca de una fábrica reconocida de jabones y aceites en Milagro. La Esquina de Ales, es hoy una de las cadenas de restaurantes más conocidos, sobre todo cuando de pollos a la brasa se trata, pues ese es el plato principal, que se cocina al calor del carbón. Con más de 140 restaurantes a nivel nacional, desde el año pasado, los pollos de La Esquina de Ales, llegaron a las Ciudades para Vivir con dos locales: uno en Plaza Tía, y el otro en La Piazza Ciudad Celeste.
José Delgado, el creador de La Esquina de Ales, quería ser piloto pero no contaba con los recursos suficientes para pagar la carrera. Estudió economía en Guayaquil, y cuando terminó la carrera regresó a Manta, donde vivía su familia. Allí compró un asadero de pollos que en ese entonces se llamaba Ricky Rey. El local quedaba en la esquina de la fábrica de jabones Ales, y José notó que sus clientes siempre se referían al asadero de pollos de la esquina de Ales, por eso decidió rebautizarlo con ese nombre. Los manteños quedaron encantados con el sabor de los pollos preparados por Delgado y al poco tiempo abrieron un segundo local. Desde ahí no han parado y hoy es el asadero de pollos con mayor número de establecimientos a nivel nacional.
La sabrosura de los pollos de La Esquina de Ales mucho tiene que ver con la brasa al carbón, el pollo se cocina como debe ser, sin prisa, y el producto final es un pollo dorado, y jugoso por dentro, jamás seco.
Hace unos seis años, La Esquina de Ales se convirtió en franquicia, y fue entonces cuando la expansión a nivel nacional ocurrió. Una de las claves del éxito de esta cadena de restaurantes es que a pesar de que los dueños pueden variar, el sabor del pollo siempre será igual. Para asegurar el sabor de los pollos de Ales, la franquicia distribuye, selecciona y aliña los pollos para todos los locales del país. Es una forma de mantener la calidad y que el cliente tenga la certeza de que el sabor del pollo de La Esquina de Ales de Lago Agrio, sea el mismo del que está en Plaza Tía de la Joya en Guayaquil.
Una de las claves del éxito de esta cadena de restaurantes es que a pesar de que los dueños pueden variar, el sabor del pollo siempre será igual. Para asegurar el sabor de los pollos de Ales, la franquicia distribuye, selecciona y aliña los pollos para todos los locales del país.
Además de mantener el sabor, las franquicias también manejan las mismas promociones. Una de las favoritas de los clientes es aquella en la que, por el precio de un pollo, se lleva medio pollo adicional gratis. Esto acompañado de chifles, arroz y ensalada. Comida suficiente para una familia entera, a tan solo 15 dólares.
La sabrosura de los pollos de La Esquina de Ales mucho tiene que ver con la brasa al carbón, el pollo se cocina como debe ser, sin prisa, y el producto final es un pollo dorado, y jugoso por dentro, jamás seco. Muy sabroso. La ensalada de col y los chifles complementan muy bien los sabores y el apetito.