Cumpliendo las reglas en Reina Beatriz
En Reina Beatriz están ocurriendo grandes cosas a través de pequeñas acciones. Los verdaderos cambios empiezan desde los comportamientos individuales, esos que pueden parecer mínimos. Hugo Villegas, Presidente de la Asociación de esta urbanización de Villa del Rey, tiene como meta crear una comunidad donde se viva en armonía con el vecindario. Preocupado de que […]
En Reina Beatriz están ocurriendo grandes cosas a través de pequeñas acciones. Los verdaderos cambios empiezan desde los comportamientos individuales, esos que pueden parecer mínimos. Hugo Villegas, Presidente de la Asociación de esta urbanización de Villa del Rey, tiene como meta crear una comunidad donde se viva en armonía con el vecindario. Preocupado de que los residentes de Reina Beatriz vienen de diferentes entornos, Hugo ha ideado tácticas para consolidar las buenas prácticas entre los vecinos.
En las verdaderas comunidades, impera el respeto. Un lugar al que la mayoría de residentes visita con frecuencia es el club social, donde están las piscinas y parques infantiles. Estos sitios tienen como finalidad la recreación y ayudan a desarrollar y fortalecer los vínculos entre vecinos. Es aquí donde nacen amistades entrañables. Pero también es un sitio en el que pueden iniciar los conflictos si es que no existe el control adecuado. Por eso, el uso del club social tiene normas que deben ser conocidas por todos. Las de Reina Beatriz están pegadas a la entrada del club, para que cuando una persona entre, pueda fácilmente leerlas.
En Reina Beatriz, hay reglas que respetar para usar la piscina: no se puede comer dentro de las piscinas, y tampoco los adultos pueden usar los juegos de los niños. Además están prohibidos los juegos bruscos en el club.
Las reglas pretenden hacer que el uso de las piscinas sea satisfactorio para todos. Hay dos piscinas, una para niños —que tiene juegos infantiles como mini cascadas—, y otra más profunda para los adultos. No se puede comer dentro de las piscinas, y tampoco los adultos pueden usar los juegos de los niños. Además están prohibidos los juegos bruscos en el club.
Hugo Villegas notó que a algunas personas les costaba seguir al pie de la letra la normativa y para combatir este tipo de comportamientos, la directiva grabó unos audios en los que amablemente se les recuerda a los residentes las reglas. Por ejemplo, si alguna persona está entrando con comida a la piscina, inmediatamente se corta la música de los parlantes, y se reproduce el audio que dice “les recordamos que está prohibido comer dentro de las piscinas, por favor colaboremos, seamos buenos vecinos”. Audios similares se aplican para otro tipo de reglas.
De acuerdo a Villegas, la medida está dando resultados. Una vez que las personas escuchan el audio que les recuerda a la normativa, dejan de hacerlo de inmediato. Es una forma sutil, y efectiva de corregir. Es una estrategia que sirve de ejemplo para otras urbanizaciones, dice Hugo, y si lo necesitan de su consejo, él está dispuesto a ayudar.