Gran Multiferia en Rey Arturo
Aída Pérez, administradora de la urbanización, indicó que la Multiferia se organizó para recaudar fondos que permitan realizar un festejo para las madres en su mes.
Este domingo 1 de mayo, el corazón de Rey Arturo vibraba de alegría: en el parque central, los vecinos se reunieron para disfrutar de la Gran Multiferia organizada por la Asociación de Residentes. Hubo de todo; desde productos de belleza, hasta un mini campeonato de fútbol. Fue un domingo enteramente familiar, en el que los residentes tuvieron una oportunidad para, conocerse escuchando música que animaba el ambiente, mientras los niños se divertían en los juegos infantiles en el centro del parque.
Aída Pérez, administradora de la urbanización, indicó que la Multiferia se organizó para recaudar fondos que permitan realizar un festejo para las madres en su mes. Con este objetivo, los residentes respondieron positivamente y se armaron más de veinte stands en los que los vecinos ofrecieron al público diferentes tipos de productos. Lo recaudado servirá para un nuevo festejo en el que participarán en comunidad y en el que esperan poder cantar una serenata a las mamás.
En la feria se podía comprar de todo: desde empanadas hasta equipos de seguridad. Leticia Olivares, residente de Rey Arturo, ofrecía jabones artesanales. Olían tan rico que los niños se acercaban a preguntarle si eran dulces. Para las dos de la tarde, ya había vendido la mitad de la mercancía que llevó: jabones de maracuyá, de avena, de rosa mosqueta, entre otros. Todos hechos a base de glicerina y aceites esenciales con productos naturales.
Leticia Olivares, residente de Rey Arturo, ofrecía jabones artesanales. Olían tan rico que los niños se acercaban a preguntarle si eran dulces.
Algunos residentes, como Priscila Villón, aprovecharon el evento para sacar del clóset las prendas que ya no utilizaban y ganar algo de dinero haciendo un mini mercado de pulgas. Priscila en varias mesas y cartones sacó ropa de sus hijos, de su esposo y de ella, y las ofreció a precios de entre tres a cinco dólares.
La feria también fue un gran encuentro gastronómico y hubo comida para todos los gustos: cazuela de mariscos, los clásicos chuzos con arroz y menestra, y hasta dulces más elaborados como tiramisú. Ese domingo, los residentes de Rey Arturo compartieron la mesa durante el almuerzo, como viejos amigos.
Y como todo gran evento familiar, el deporte no podía faltar. Se organizó un campeonato relámpago de fútbol en el que participaron cinco equipos. Todos, amigos de la misma urbanización.