La ciudad que planta árboles y construye parques
Durante décadas la gente creyó que Eleazar Bouffier era una persona real, pero en realidad era un personaje de cuento. En El hombre que plantaba árboles, Bouffier —un pastor de los Alpes— se dedica cuatro décadas a plantar árboles en un valle desolado. Según la historia —escrita por el francés Jean Giono—, el ímpetu y esfuerzo de su personaje termina por convertirlo en un gran bosque, al que miles de personas acuden sin saber jamás que fueron los esfuerzo de un solo hombre el que creó un jardín. El relato es tan hermoso y conmovedor que mucha gente creyó que Bouffier existió, al punto que Giono tuvo que aclarar que no. En La Joya empieza una historia similar, pero, al contrario del cuento de Giono, es real. Sus protagonistas son los vecinos de esa Ciudad para Vivir que se han comprometido con la naturaleza a través de Plan Verde, un programa que incentiva la reforestación, como ya lo contamos en una ocasión anterior.
Quienes llegan a vivir a La Joya se contagian del deseo de convertirla en una ciudad verde. Los propietarios de las nuevas urbanizaciones entregadas reciben su casa con dos árboles de tamaño mediano —puede ser olivo negro o tulipán africano—. Estos árboles fueron escogidos para crecer junto a las familias que habitan esta Ciudad para Vivir, y extender sus ramas lo suficiente para darles sombra y cobijo. A través del cuidado de estas pequeñas plantas que van creciendo hasta convertirse en árboles, los residentes empiezan a sentir una cercanía con la naturaleza que crece en el patio de su propia casa. Es como el inicio de la bella historia de Bouffier y su bosque, solo que esta vez, en La Joya, es verdadera.
Quienes llegan a vivir a La Joya se contagian del deseo de convertirla en una ciudad verde. Los propietarios de las nuevas urbanizaciones entregadas reciben su casa con dos árboles de tamaño mediano.
Como parte del compromiso de la empresa promotora detrás de La Joya, el Plan Verde incluyó la construcción de un parque lineal. El concepto de parque urbano o parque lineal, nació de la necesidad de crear espacios verdes en medio de las ciudades grandes como Nueva York o Ciudad de México, con el propósito de oxigenar el aire que respiran sus habitantes, saturados en junglas de concreto, y necesitados de árboles. Usualmente este tipo de parques, están ubicados en medio de calles principales y se extienden a lo largo de una vía, como un modo de acompañar el ritmo natural de la ciudad y como una invitación a utilizar los senderos que suelen habilitarse para que los transeúntes caminen entre los árboles, o utilicen mecanismos alternativos de transporte como la bicicleta. La idea es encontrar la armonía entre la mano del hombre y la naturaleza, para respetarla, entenderla y cuidarla.
El concepto de parque urbano o parque lineal, nació de la necesidad de crear espacios verdes en medio de las ciudades grandes como Nueva York o Ciudad de México, con el propósito de oxigenar el aire que respiran sus habitantes, saturados en junglas de concreto, y necesitados de árboles.
Un parque lineal es para adultos y niños. Los más pequeños son los que usualmente más conciencia ecológica tienen, los que más disfrutan de espacios abiertos y quienes más dispuestos están a cuidarlos. En este nuevo proyecto se construyen juegos infantiles, zonas de esparcimiento e incluso se implementan aparatos para hacer ejercicio en un entorno rodeado por árboles de mediana estatura, cuyas raíces no agrietan el concreto. El parque elevado High Line de Nueva York, es el mejor ejemplo de este tipo de proyectos urbanísticos; fue construido sobre una antigua vía de ferrocarril, en la zona oeste de Manhattan en 2009. En Guayaquil, tenemos el parque lineal Armando Romero Rodas ubicado a un extremo de la Av. Carlos Julio Arosemenal frente a la Universidad Católica, tiene casi un kilómetro de distancia, conecta con la Universidad de Guayaquil y está asentado a orillas del salado.
El Parque Lineal de La Joya, comenzó a construirse hace poco más de cinco meses sobre un terreno de casi cinco hectáreas ─algo así como medio Malecón del Salado de Guayaquil─, donde los casi 28 mil habitantes de La Joya podrán realizar actividades físicas o paseos en familia. Durante la primera parte del proyecto, se construyó la vía central y luego se comenzó a plantar árboles, entre ellos guayacán, bototillo y almendros, especies escogidas por el tamaño que alcanzan y la sombra que pueden ofrecer. Con casi dos kilómetros de extensión en línea recta, comenzando desde la urbanización Perla, pasando por Gema y Ópalo, el nuevo parque lineal se asentará a los lados de una de las vías principales de La Joya. Este proyecto estará compuesto por una ciclovía, senderos para caminar, zonas de descanso y un vivero en el que los residentes podrán cultivar y conseguir verduras frescas.
Los beneficios de vivir en lugares cercanos a la naturaleza son varios, sobre todo en la salud. Además de tener la gran función de mejorar la calidad del aire, como ya lo contamos en un artículo anterior, los árboles y la cercanía con la naturaleza pueden aumentar los beneficios al momento de realizar actividades físicas. Según un estudio realizado en la Universidad de Essex en Reino Unido en el año 2012, si practicamos una actividad física al aire libre, en un entorno natural y respirando aire limpio, los beneficios son mayores para nuestra salud y forma física. Vivir mejor, vivir bien, no son solo slogans. Tenemos que entender que en las Ciudades para Vivir es un modo de vida.
Vivir en armonía con el medio ambiente, no solo es bueno para nuestra salud, lo es también para fortalecer nuestro espíritu de comunidad y crear vínculos más fuertes entre habitantes de un mismo lugar. Así lo afirma una investigación realizada por la Universidad de Illinois en Estados Unidos, sobre el efecto de los espacios verdes en los seres humanos: “Frecuentar zonas verdes, ya sean bosques, jardines e incluso zonas peatonales, hace que la gente sea más saludable, tienda a ser generosa, a confiar en los demás, y a mostrar mayor voluntad en ofrecer su ayuda”.
El parque siempre ha sido el lugar donde comienzan grandes historias. Nuestras primeras caídas, los primeros amigos, los recuerdos más divertidos de la infancia; en todos esos grandes inicios estuvimos rodeados de árboles. El parque lineal de La Joya, es un camino verde que no solo une a los residente de esta Ciudad para Vivir —mientras les permite disfrutar de espacios verdes—, sino que también representa un compromiso de la comunidad por construir un mundo mejor. Igual que en El hombre que plantaba árboles. Solo que —para bien de los vecinos de las Ciudades para Vivir— real.