La decoración en Villa del Rey es hecha por la naturaleza
Uno de los proyectos inmobiliarios más exitosos en las cercanías de Guayaquil, es Villa del Rey. En tan solo cuatro años, más de dos mil familias se han convencido de que es el lugar ideal para ellos y ya son parte de esta creciente comunidad. Aquí, en medio de una zona geográfica privilegiada, los vecinos construyen sus sueños en casas a precios accesibles —que además, pueden ir creciendo al mismo ritmo de su familia—. Rodeados de un bosque seco tropical de diecisiete hectáreas, sobre terrenos en desniveles por los cerros del área, esta Ciudad para Vivir ofrece un paisaje armonioso.
Aquí no se necesita de grandes estructuras arquitectónicas que decoren el entorno; en Villa del Rey la naturaleza lo hace por sí sola. Vivir por encima del nivel del mar, otorga una mejor y ampliada vista del panorama. Por eso, desde diversos rincones de Villa del Rey, se puede apreciar en distintas horas del día, maravillosas vistas de todo el conjunto residencial.
Rodeados de un bosque seco tropical de diecisiete hectáreas, sobre terrenos en desniveles por los cerros del área, esta Ciudad para Vivir ofrece un paisaje armonioso.
Andrea Naranjo, residente de Rey Eduardo, dice que su lugar favorito de la urbanización es el mirador que está pasando la garita. Desde allí puede ver todo Villa del Rey, hasta La Joya. Se mudó hace apenas un par de meses, pero son incontables las veces que ha ido con un café, de la mano de su esposo, durante la noche, solo a conversar con la tranquilidad que les da la vista y la seguridad que ofrece la urbanización. Además de la panorámica que tienen al frente, justo detrás del mirador, se puede también observar un ceibo monumental, de más de cien años. Cuando la luna está llena, ellos sienten que la tienen más cerca que aquellos que están abajo, a la altura del mar.
La empresa inmobiliaria detrás de la construcción de Villa del Rey ha trabajado para que los atributos geográficos de la zona como cerros y taludes, sean una ventaja para quienes viven allí. Mientras se sube la colina de la entrada de este proyecto urbanístico, ya se puede observar, a un costado, arbustos que fueron podados de tal manera que deletrean el nombre Villa del Rey en gigante. Desde la entrada, ya se anuncia que aquí prima una alianza entre la naturaleza y la comunidad.