¿Por qué las familias jóvenes prefieren las Ciudades para Vivir? - La Colmena

¿Por qué las familias jóvenes prefieren las Ciudades para Vivir?

Las Ciudades para Vivir aprovechan su ubicación para erradicar los problemas de las ciudades sin planificar, como altos índices de delincuencia y contaminación. Es un entorno donde el verde natural habita en balance con el desarrollo urbano.

Ser papá es como tener muchos oficios en una sola persona: médico, profesor, director técnico, psicólogo, y sobre todo experto en abrazos, de esos que sanan cualquier dolencia. Pero una buena paternidad también va de la mano de un entorno en el cual un niño pueda desarrollar sus habilidades e ir adquiriendo experiencias día a día, sin dejar de lado su seguridad, que es siempre lo más importante.  Las Ciudades para Vivir aprovechan su ubicación para erradicar los problemas de las ciudades sin planificar, como altos índices de delincuencia y contaminación.  Es un entorno donde el verde natural habita en balance con el desarrollo urbano. Por estas razones, no es de extrañar que muchas familias jóvenes hayan confiado en Ciudad Celeste, Villa Club, La Joya y Villa del Rey como sus puntos de partida.

Son  los comienzos de historia que se cuenta en familia. En Ciudad Celeste, la primera Ciudad para Vivir inaugurada en 2002, habitan casi 2500 familias, cuyo rango de edad está entre los 27 y 45 años. Más del 60% tienen tres o más miembros, que en la mayoría de los casos son niños y adolescentes. Ciudad Celeste es un enjambre de jóvenes familias.

Las Ciudades para Vivir aprovechan su ubicación para erradicar los problemas de las ciudades sin planificar, como altos índices de delincuencia y contaminación.

Por eso el deporte y la recreación son esenciales en Ciudad Celeste. Hay 35 canchas deportivas: fútbol, tenis y de usos múltiples para practicar basquet o voley, repartidas en las sedes sociales de las diez urbanizaciones de Ciudad Celeste. Son el lugar perfecto para que los pequeños sueñen a ser grandes deportistas —y quizás algunos lo logren—. En época de vacaciones, es bastante común ver a grupos de niños corriendo tras un balón  o tratando de encestar una anotación en el aro de básquet, en los cursos vacacionales que año a año son impartidos y sirven como una buena introducción para el inicio de clases. Jugar es la mejor forma de aprender.

Pero la actividad física no es lo único que beneficia a nuestros pequeños soñadores. Como ya lo comentamos en un artículo anterior, según un estudio realizado en la Universidad de Essex en Reino Unido en el año 2012, si practicamos una actividad física al aire libre, en un entorno natural y respirando aire limpio, los beneficios son mayores para nuestra salud y nuestro cuerpo.

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Los beneficios de vivir en un entorno natural son varios y no se limitan a potenciar las actividades físicas. Ambientes como estos, se pueden encontrar en las Ciudades para Vivir que cuenta con 77.5 hectáreas de áreas verdes, además tienen 572 parques y zonas de naturaleza. Para tener una idea: en proporción Guayaquil tiene un parque por cada mil quinientos habitantes, las Ciudades para Vivir tienen uno por cada ciento cinco. Proporcionalmente, en Ciudad Celeste, Villa Club, La Joya y Villa del Rey hay diez veces más parques que en el puerto principal. Se han conservado más de 101.4 ha hectáreas de bosques, una extensión diez veces más grande que el parque Forestal de Guayaquil. Es la única manera de crecer en armonía natural y con uno mismo.

Los beneficios de vivir en un entorno natural son varios y no se limitan a potenciar las actividades físicas. Ambientes como estos, se pueden encontrar en las Ciudades para Vivir que cuenta con 77.5 hectáreas de áreas verdes, además tienen 572 parques y zonas de naturaleza.

El medio ambiente es uno de las preocupaciones mayores de las nuevas generaciones. Según un estudio realizado por la consultora TNS de México ocho de cada diez jóvenes (de entre 18 y 24 años), dijeron estar ‘muy preocupados’  por el medio ambiente y poco o nada satisfechos con el estado actual. Más de la mitad cree que el calentamiento global es el problema más grave. Ese interés por el medio ambiente —que en generaciones anteriores era casi pasada por alto— hace que las Ciudades para Vivir sean preferidas a la hora de elegir una casa, una elección en la que participan todos los miembros de la familia.

Villa del Rey es un gran ejemplo de la importancia que el cuidado ecológico ha cobrado para la juventud. Es la Ciudad para Vivir más reciente y se creó en 2011, tiene casi 85% de sus habitantes dentro del rango de 27 a 45 años. Es la Ciudad para Vivir con mayor de porcentaje de familias jóvenes. Cuenta con 165 mil metros cuadrados de áreas verdes repartidas a lo largo de las urbanizaciones, y un vivero que posee más de 4.660 especies nativas del sector. No es descabellado decir que en las Ciudades para Vivir la diversidad de flora es mayor que el promedio.

Los padres jóvenes buscan que esas ventajas naturales se combinen con la tranquilidad. Nelson Carrera de 30 años y su esposa Daniela de 23, viven cons sus dos hijos Iker de tres años y Mía de ocho meses de nacida. Ellos llegaron a vivir en La Joya hace poco más de dos meses. Nelson dice que una de sus prioridades al buscar la que sería su primera casa, fue la seguridad para sus niños: “Siempre pensé en un lugar donde los niños puedan estar tranquilos y jugar sin temor a que les pase algo. Para mí, lo fundamental fue encontrar el lugar adecuado para nuestros niños y así nosotros también nos sentiremos seguros”. En esta Ciudad para Vivir, de sus aproximadamente seis mil familias casi el 36% están compuestas por más de tres o cuatros integrantes que suelen ser niños con sus padres: La Joya es la segunda Ciudad para Vivir con mayor porcentaje de familias jóvenes.

Villa del Rey es un gran ejemplo de la importancia que el cuidado ecológico ha cobrado para la juventud. Es la Ciudad para Vivir más reciente y se creó en 2011, tiene casi 85% de sus habitantes dentro del rango de 27 a 45 años. Es la Ciudad para Vivir con mayor de porcentaje de familias jóvenes.

El lugar donde un niño pasa los primeros años de vida es muy importante para su crecimiento interno y social, así como lo explicamos en un artículo anterior. El mismo estudio asegura que, mientras más temprano una familia se mude a un buen vecindario, mejores son los logros que alcanzarán los niños a largo plazo. Es decir, por cada año que un niño viva en un mal vecindario, las probabilidades de que haya peores resultados a largo plazo, aumentan. Según Eric Weiner en su libro La geografía de la genialidad, a lo largo de la historia la ciudades han jugado un rol clave en la producción de grandes genios. No es coincidencia que Mozart, Beethoven, Brahms, Nuckner y otros grandes compositores clásicos estudiaran y produjeran todos en Viena. La forma en que nuestras ciudades están configuradas tiene un impacto directo en el futuro de nuestros niños.

La seguridad es clave. Es un tema que se toma muy en cuenta en las Ciudades para Vivir, donde la vida en comunidad y la tranquilidad de vivir en un ambiente óptimo son posibles. En La Joya, al igual que en las otras Ciudades para Vivir, cada urbanización cuenta con guardianía las 24 horas del día generadas por empresas de seguridad privada y bajo la supervisión de la Asociación de Propietarios integrada por los propios residentes. No hay una sociedad perfecta, pero el desafío está en reducir los riesgos para que sean mínimos. El diseño de las Ciudades para Vivir ayuda a ese propósito, pero son los vecinos de cada Ciudad los que juegan el papel determinante para que sea así.

No hay una sociedad perfecta, pero el desafío está en reducir los riesgos para que sean mínimos. El diseño de las Ciudades para Vivir ayuda a ese propósito, pero son los vecinos de cada Ciudad los que juegan el papel determinante para que sea así.

El escritor premio Nóbel Milan Kundera, en su novela más conocida La insoportable levedad del ser, dijo que la felicidad es el deseo de repetir. El recuerdo que tenemos de eventos pasados que nos llenaron de felicidad, como ser niños por ejemplo. Ser feliz es también volver a ser niños, y qué mejor forma de celebrar volver a ser niños que a través de nuestros hijos: dándoles un ambiente tranquilo, sano y bien diseñado para que crezcan

 


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