Al teatro entre amigos
La última obra que se presentó fue el sábado 11 de junio y se trabajó bajo el formato de teatro de sombras, un tipo de teatro en el que se proyectan sombras desde el interior del escenario, utilizando una luz que golpea un telón blanco.
Santiago Rodríguez tiene nueve años, volvió a clases hace pocos meses y desde entonces, los sábados se han convertido en el mejor día para salir a jugar con sus amigos en la sede social de La Marina, en Ciudad Celeste. Junto con su hermano menor, Francisco de seis años, juegan fútbol o suben por las resbaladeras del área de juegos, y a veces se encuentran con más niños, como Cristian Alejandro de 8 años, a quien conocieron hace poco más de un año, en una de las presentaciones de teatro para niños que la abuela de los hermanos Rodríguez, Ana Bermúdez, realiza en la sala de eventos de la sede social.
La última obra que Ana Bermúdez presentó junto a los niños de Ciudad Celeste se realizó el sábado 11 de junio y se trabajó bajo el formato de teatro de sombras, un tipo de teatro en el que se proyectan sombras desde el interior del escenario, utilizando una luz que golpea un telón blanco.
Los juegos se detienen cuando ella da el aviso de que la primera actividad de la obra va a comenzar. Ana tiene 65 años, es organizadora de estos eventos, nació en Venezuela y hace año y medio, se mudó a Ciudad Celeste con su familia. En su país, Ana fue maestra de Educación Especial en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador de Caracas Venezuela por 32 años y después de jubilarse, ha encontrado en los niños de Ciudad Celeste el motivo para seguir aportando con sus conocimientos en la práctica. Desde que llegó a La Marina, esta entusiasta vecina le propuso a la directiva realizar actividades artísticas para integrar a los niños del sector. Al poco tiempo de aceptada la propuesta, llevó a cabo el primer taller de elaboración de títeres para niños, que tuvo gran acogida entre los pequeños.
La última obra que se presentó fue el sábado 11 de junio y se trabajó bajo el formato de teatro de sombras, un tipo de teatro en el que se proyectan sombras desde el interior del escenario, utilizando una luz que golpea un telón blanco. Las actividades que propone Ana, usualmente están divididas en dos partes. Primero, los niños tienen que trabajar los materiales para la obra y luego tienen que interpretar los personajes. La tarde del sábado, la obra que se interpretó fue una fábula sobre valores, que tenía como personajes a varios globos de colores y un globo de color negro. La moraleja del cuento era que sin importar el color de los globos, todos volarían por igual.
Dentro de las actividades que propone Ana propone, los niños tienen que trabajar los materiales para la obra de teatro que proponen, para luego interpretar los personajes.
Para preparar esta presentación, los niños en lugar de usar globos de verdad, fabricaron unas réplicas con pedazos de celofán de colores que pegaron a un marco circular hecho con cartulina, que posteriormente unieron a un pequeño trozo de madera para que los pequeños lo pudieran levantar y que diera impresión de que su globo está volando. Luego los jóvenes artistas se colocaron detrás del escenario y, aprovechando el efecto de contraluz que producía el reflector contra la sábana blanca, provocando así la impresión de que sus globos volaban, mientras interpretaban sus líneas, algunos improvisando y otros más concentrados, pero riendo y disfrutando todo el tiempo.
Esta forma de trabajo, estimula a los niños a involucrarse más con el teatro. Además, integra a los chicos y los hace trabajar por un fin en común: que la obra sea un éxito. Cuando un niño practica teatro, aumenta su autoestima, conocen y controlan sus emociones, además desarrollan disciplina a partir del trabajo en equipo y son mejores para desenvolverse en público, así lo afirma un estudio realizado en la Universidad Nacional de Loja.
Debido a que estamos en época de clases, las obras se llevan a cabo los días sábados con una frecuencia de dos a tres veces por mes. En vacaciones, Ana integró un grupo de lectura que se reunía una vez a la semana para leer El Quijote. Además, sus nietos crearon un grupo online con los niños de La Marina, para que estén todo el tiempo en contacto y puedan organizar este tipo de actividades; este grupo sigue activo y se reúnen cada 15 días. La idea de Ana, es que este tipo de acciones culturales se repitan en otras urbanizaciones, para que el teatro sea un vínculo que integre a los niños de Ciudad Celeste, tanto al arte como a la gran comunidad de esta Ciudad para Vivir.
Para mayor información, se puede contactar a Ana Bermúdez al 0983530513.