Relacionarse con la comunidad para ser más feliz
Uno de los desafíos más grandes para la ciencia es descifrar los mecanismos que controlan nuestros sentimientos. Existe un gran debate sobre qué hace feliz a una persona y cómo alcanzar una vida plena. En los laboratorios se ha llegado a descubrir cuáles y cuántas son las hormonas que nuestro cerebro debe producir para que logremos sentirnos felices, pero las acciones que nos permiten producirlas, varían según cada persona. De lo que no hay duda es que el bienestar es el resultado de la satisfacción con la vida que, depende, entre muchas otras cosas, de qué tan bien estemos relacionados con nuestra comunidad. La Universidad de Málaga dice que existe una fuerte relación positiva entre el sentido de comunidad y la satisfacción con la calidad de vida; y mientras más interesados estemos en nuestro barrio y la gente que nos rodea, mejor nos sentiremos.
En Ciudad Celeste, Villa Club, La Joya y Villa del Rey, las personas viven en urbanizaciones que les permiten construir comunidades sólidas. A diferencia de las grandes ciudades, en estos proyectos se ha derrumbado a la inseguridad, fomentando así una mayor interacción entre los vecinos. Vivir en un ambiente seguro es poder salir a cualquier hora del día sin preocupaciones y disfrutar de una charla al aire libre. Además, aquí las familias tienen la oportunidad de ocupar los espacios públicos porque cada urbanización está planificada de tal forma en que cada casa esté a pasos de un parque. Juegos infantiles, áreas verdes, piscinas, canchas deportivas son algunos de los elementos que gozan todas las familias de estos nuevos proyectos urbanísticos.
El bienestar es el resultado de la satisfacción con la vida que, depende, entre muchas otras cosas, de qué tan bien estemos relacionados con nuestra comunidad.
Para que el bienestar en comunidad surja, es necesario que facilidades materiales y relacionales. Con todas las herramientas a la mano disponibles, en las urbanizaciones de las Ciudades para Vivir se desarrolla un ambiente de hermandad. Por eso, no es raro encontrar constantes iniciativas desde las familias que se organizan para solucionar problemas ambientales como el reciclaje en La Joya, o para responder a una necesidad, como las mamás que se juntan en Villa Club, para hablar de los primeros años de vida de sus hijos y la lactancia, o simplemente para compartir una actividad que disfrutan, como ver el Campeonato Nacional de Fútbol, en La Joya .
En Ciudad Celeste también surgieron iniciativas como estas; allí un grupo de personas retiradas, decidieron formar un club y acompañarse todos los martes y jueves. Juntos realizan desde manualidades hasta visitas al teatro. No son los únicos en encontrar amistades entrañables; en La Joya por ejemplo, las integrantes del Comité de Damas de Coral se reúnen todos los viernes en el club de la urbanización a tomar café y conversar. El cariño que tienen por todas las familias de Coral se ve reflejado en todos los eventos que realizan para festejar el Dia de la Madre o la fiesta de Navidad, en la que se las ingeniaron para entregar un juguete a cada uno de los niños de la urbanización.
No es raro encontrar constantes iniciativas desde las familias que se organizan para solucionar problemas ambientales como el reciclaje en La Joya, o para responder a una necesidad, como las mamás que se juntan en Villa Club, para hablar de los primeros años de vida de sus hijos y la lactancia.
El pilar en el que se sostienen cada una de las comunidades de las Ciudades para Vivir está en las Asociaciones de Residentes. En estas urbanizaciones el trabajo de una familia, es trabajo para todas. En Villa Club, el directorio de Kryptón construyó un parque infantil que costó casi catorce mil dólares. En Quarzo de La Joya, hace poco estrenaron una cancha de fútbol sintética valorada en más de cuatro mil dólares. Mantener relaciones positivas con los vecinos, es una forma de aumentar la calidad de vida. Si la satisfacción del ambiente que nos rodea aumenta, nuestro bienestar también.
Pero más allá de la organización para crear espacios comunitarios u obras para los vecinos, son las vivencias diarias que alimentan a la unión entre ellos. No es extraño que se celebren eventos como bingos bailables, cenas para residentes y eventos en el club social, con el único objetivo de integrar a quienes allí viven. En el carnaval pasado, en Rey Carlos de Villa del Rey organizaron una fiesta carnavalera que duró todo el día, y en la que todos bailaron, se bañaron en la piscina, comieron y eligieron a su reina.
Es en estos cuatro proyectos inmobiliarios se están formando comunidades sólidas, capaces de responder a necesidades comunes y de crear espacios que fomentan el desarrollo de sus hijos. Aquí las familias conviven como una sola; celebran las fechas nacionales juntos, sus hijos van a los mismos colegios y organizan proyectos para el bienestar de todos. La idea es lograr cohesión para alcanzar metas comunes como la construcción de un parque o la mejora de un área, pero también se trata de compartir momentos que mejoran la calidad de vida y que permiten entablar relaciones que contribuyen a la felicidad de todos.