Vania y Carolina, una amistad que nació en Doral
Para Vania y Carolina solo basta un mensaje en el celular para armar un plan junto a la piscina o para ir al parque con sus hijos. Juntas convierten las tardes monótonas en momentos agradables, disfrutan sus largas charlas debajo de un árbol en el parque mientras los niños juegan, o toman café juntas en casa.
Vania Fischer y Carolina Tamayo —cuya historia contamos en otra ocasión— se conocen desde aproximadamente un año y medio, pero actúan como si fueran amigas de toda una vida. Se encontraron por primera vez una tarde en el parque de su urbanización, Doral de Villa Club, mientras salían a jugar con sus pequeños hijos. Juntas convierten las tardes monótonas en momentos agradables, disfrutan sus largas charlas debajo de un árbol en el parque mientras los niños juegan, o toman café juntas en casa. A ellas, Villa Club les ha regalado una amistad entrañable.
Carolina es colombiana y su única familia en el país son su esposo Javier, y su hijo Juan Martín, de dos años. Para ella, Vania es lo más cercano que tiene a una hermana. Gracias a ella puede darse descansos necesarios para ir a la peluquería o salir una noche a solas con su marido confiando plenamente en el cuidado que su amiga le brinda a su pequeño. Vania también tiene una nena, Emilia, de la misma edad que Juan Martín; ambos viven a pocos metros de distancia y crecen juntos, como dos hermanos.
Vivir en una urbanización privada como Doral de Villa Club, con múltiples áreas verdes, piscina, canchas y club social, brinda oportunidades a los vecinos de interactuar más a menudo. Para Vania y Carolina solo basta un mensaje en el celular para armar un plan junto a la piscina o para ir al parque con sus hijos. Vania recuerda que hace varios meses estuvo muy enferma, y de no haber sido por su amiga, ni siquiera hubiera podido almorzar. Su vecina iba a dejarle la comida que preparaba en su casa mientras ella estuvo indispuesta, con la devoción de una hermana.
A Carolina y Vania, Villa Club les ha regalado una amistad entrañable.
Su amistad desencadenó en una nueva: ahora sus esposos también son buenos amigos. Cuando hay partido de fútbol el fin de semana, se reúnen para verlo juntos. Mientras ellos cocinan en la parrilla, ellas van a la piscina. Ellos, al igual que miles de parejas jóvenes han elegido a Villa Club como el lugar para criar a sus hijos, y construir su familia incluyendo a personas con quienes no tienen vínculos sanguíneos pero a quienes han elegido como parte fundamental de sus vidas.