Duerma tranquilo en Las Ciudades para Vivir - La Colmena

Duerma tranquilo en Las Ciudades para Vivir

En las Ciudades para Vivir ubicadas en Samborondón y Daule no se registró ningún daño, debido a que sus estructuras fueron construidas a partir de rigurosos estándares de calidad y de prevención ante sismos como el de 2001.

Predecir cuándo va a ocurrir un terremoto es hasta ahora algo imposible para la ciencia moderna, pero lo que sí se puede es estar preparado. Tal vez lo más importante en un país con alto riesgo sísmico es tomar en cuenta las normas de seguridad y construir estructuras sismo resistentes. Eso quedó claro el 16 de abril de 2016, cuando un terremoto de 7,8 sacudió al Ecuador y dejó casi setecientos muertos y severos daños en la mayoría de edificaciones cercanas al epicentro.

Un terremoto es una experiencia desesperante. Todo tiembla con tanta fuerza que a veces es imposible hasta caminar. Cuando la tierra cruje, los edificios se mueven de un lado al otro o de arriba a abajo, según la naturaleza del sismo. Lo único que nos puede ayudar a sobrellevar ese susto es saber que estamos preparados y que nuestra casa no nos está poniendo en riesgo, sino que al contrario, es un sitio seguro para pasar el temblor.

Para lograrlo, se puede tener un plan que implica básicamente utilizar materiales y tipos de construcción capaces de resistir ante un movimiento terrestre; en el caso de las estructuras en viviendas, se suele utilizar un sistema de paredes de hormigón armado donde los muros están reforzados en su interior con una armadura metálica que los une tanto a la losa superior como inferior, logrando así una estructura compacta y conectada que puede soportar la energía de un terremoto. Este sistema constructivo es el que utiliza Villa del Rey.

Cuando la tierra cruje, los edificios se mueven de un lado al otro o de arriba a abajo, según la naturaleza del sismo. Lo único que nos puede ayudar a sobrellevar ese susto es saber que estamos preparados y que nuestra casa no nos está poniendo en riesgo, sino que al contrario, es un sitio seguro para pasar el temblor.

Otro sistema sismoresistente muy utilizado es el llamado estructura de pórticos de hormigón armado compuesto por cimentación, columnas y losas diseñadas para soportar fuerzas horizontales (sismo) y verticales. Estas construcciones contemplan entre otros, confinamientos adicionales de refuerzo en el tercio que se une con la losa y en el tercio que se une con la cimentación, sistema constructivo que utilizan las casas en Ciudad Celeste, Villa Club y La Joya.

Por la utilización de estos sistemas sismorresistentes los residentes de Ciudad Celeste, Villa Club, La Joya y Villa del Rey saben que en sus viviendas están seguros.

A fines de los años 60, en lugares con mayor riesgo sísmico como Japón y la Costa Oeste de los Estados Unidos, se comenzó a dar forma a la ingeniería sismo resistente. Diez años después, se promulgaron las primeras normas internacionales de construcción bajo ese sistema. En el Ecuador, las construcciones de este tipo aparecen a inicios de la década del 70. Las Ciudades para Vivir aplican estas normas desde que colocaron la primera piedra en el primer proyecto, en 2001.

A fines de los años 60, en lugares con mayor riesgo sísmico como Japón y la Costa Oeste de los Estados Unidos, se comenzó a dar forma a la ingeniería sismo resistente. Diez años después, se promulgaron las primeras normas internacionales de construcción bajo ese sistema.

Aunque el epicentro del terremoto del pasado 16 de abril no fue en Guayaquil, en esa ciudad también se sintieron los efectos, pues 20 viviendas colapsaron y otras 243 estructuras quedaron con daños de consideración. En estos casos, la antigüedad o la precariedad con las que fueron construidas provocó su irremediable colapso. En las Ciudades para Vivir ubicadas en Samborondón y Daule no se registró ningún daño, debido a que sus estructuras fueron construidas a partir de rigurosos estándares de calidad y de prevención ante sismos como el de 2001. También debemos recordar que el gobierno ya tiene vigente desde el año pasado la nueva norma NEC 2015, en la cual se mejoran, o se hacen más estrictas las condiciones estructurales, pues cuenta con diez apartados específicos para la construcción sismo resistente. Además, se cumple la norma de American Concrete Institute ACI 318, una organización estadounidense con más de un siglo de antigüedad que desarrolla estándares internacionales y normas de construcción, que garanticen el bienestar de quienes van a habitar esos espacios.

 

Las estructuras sismo resistentes salvan vidas, eso es un hecho. Así lo demuestran los casos de terremotos en países con mayor registro sísmico como Chile y Japón, que cuentan con mayor desarrollo tecnológico para la prevención de este tipo de desastres. Cuando ocurrió el terremoto de magnitud 8.8 en las costas del sur de Chile en 2010, el registro de fallecidos llegó a poco más de 500. Sin embargo un terremoto de magnitud 7 ocurrido en enero de ese mismo año en Haití, alcanzó la cifra de más de 300 mil muertos. Esto demuestra que aún cuando la magnitud del terremoto chileno fue superior en casi dos puntos, su preparación previa para escenarios sísmicos permitió que hubiese menos daños que en Haití, donde no había ningún plan preventivo. Lo mismo ocurre en Japón, en donde los edificios tienen la fama de ser los más seguros del mundo; así se demostró en 2011, cuando el edificio Roppongi Hills de 54 pisos soportó el terremoto de 9.0 grados sin daños estructurales.

Las estructuras sismo resistentes salvan vidas, eso es un hecho. Así lo demuestran los casos de terremotos en países con mayor registro sísmico como Chile y Japón, que cuentan con mayor desarrollo tecnológico para la prevención de este tipo de desastres.

El último terremoto ocurrido en Ecuador, nos dejó algunas lecciones. La más importante quizás es aquella de la prevención, pues nos encontramos en el Cinturón de Fuego del Pacífico, en donde se originan más del 90% de los terremotos de todo el mundo. En ese contexto, habitar en viviendas sismoresistentes es una cuestión de vida o muerte, pues este tipo de edificaciones puede soportar los efectos de mejor manera —considerando la duración del sismo, geometría de lugar y tipo de suelo— sin causar mayores daños.

Tomando en cuenta los registros sismográficos del país,   hay que estar preparados, y en las Ciudades para Vivir, las viviendas lo están.


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