Aprendiendo a nadar a los seis meses de edad - La Colmena

Aprendiendo a nadar a los seis meses de edad

No son clases para aprender a nadar, la matronatación sirve como un tipo de estimulación para el desarrollo psicomotor de los bebés. Los beneficios con este tipo de estimulación no solamente son físicos, sino emocionales.

La matronatación es una de las actividades que los bebés pueden practicar a los pocos meses de vida

Los seres humanos vivimos toda nuestra vida en la tierra, pero nos formamos en el agua. Pasamos nuestros primeros nueve meses nadando en el vientre de nuestra madre, y es por eso que los bebés tienen la facilidad de contener ligeramente la respiración bajo el agua —ese reflejo desaparece aproximadamente al tercer mes de nacido—. Para ellos, es como si recordaran su estadía en el útero de mamá cada vez que son sumergidos al agua.

La matronatación es una de las actividades que los bebés pueden practicar a los pocos meses de vida. Lo dice Erika de Janón, kinesióloga especializada en esta actividad, residente de Platino de La Joya, urbanización que está bajo la coordinación de la Asociación de Propietarios. No son clases para aprender a nadar pues según la experta el cuerpo de un niño está listo para practicar este deporte a partir de los cuatro años de edad, pero la matronatación sirve como un tipo de estimulación para el desarrollo psicomotor de los bebés. Si bien no se les enseña a nadar, sí aprenden a flotar y deslizarse dentro de una piscina.

No son clases para aprender a nadar pues según la experta el cuerpo de un niño está listo para practicar este deporte a partir de los cuatro años de edad, pero la matronatación sirve como un tipo de estimulación para el desarrollo psicomotor de los bebés.

Los beneficios con este tipo de estimulación no solamente son físicos, sino emocionales. Para practicar la matronatación se necesita del acompañamiento de la madre o el padre. Serán ellos quienes sostengan a su hijo en el agua y le enseñen a moverse dentro de la piscina, siempre dirigidos por un guía. El contacto constante con el cuerpo materno será lo que le brinde al bebé la seguridad de no perder el control de su cuerpo dentro del agua. Así, a pesar de estar sostenidos con flotadores, siempre estarán agarrados o apoyados en el pecho o los brazos de mamá. Para Erika, el contacto visual mamá — hijo es muy importante dentro de una clase, pues afianza el vínculo afectivo.

Una sesión de matronatación no sigue reglas específicas, las reglas las impone el bebé, pues hay que seguir su ritmo. De acuerdo a Erika hay niños que, desde la primera clase, se sienten muy a gusto con el agua, y hay quienes necesitan más tiempo. Por eso no hay un manual de instrucciones perfecto porque cada niño es diferente. Una clase dura aproximadamente cuarenta minutos en los que mamá e hijo chapotean dándose muchos mimos dentro del agua. Erika brinda este tipo de terapia de forma particular, y también con algunas vecinas desde la piscina del club social de Platino, el sitio donde reside.

Para más información pueden comunicarse al: 0995634134

 


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