Rescatar una mascota como muestra de amor
Teresa es una amante de los animales y por eso sabe que el amor que se les da es absolutamente correspondido por las mascotas. Para ella, la mejor manera de demostrar ese amor es cuidándolos.
Tener una mascota es una responsabilidad enorme, que implica un nivel de compromiso muy elevado, sin embargo en Ecuador un aproximado de 500 mil mascotas son abandonadas cada año. Frente a esa penosa realidad hay pequeñas acciones que pueden hacer una gran diferencia. Una de ellas es la adopción de un perro callejero. Teresa Jácome lo hizo. A sus 49 años adoptó una pugg de cuatro años, Lulita, que ahora es un miembro más de su familia.
Teresa vive con su esposo Tyrone Florencia, su madre y su hijo de trece años en Aura, de Villa Club desde febrero de 2011. Lulita era la mascota de una vecina que no pasaba mucho tiempo en su casa y la pequeña solía merodear por las casas del sector hasta que se acercó a la puerta de Teresa; quizá fueron las caricias o el plato de agua que le puso la primera vez que se sentó en su portal, pero desde aquel momento Teresa y ella son inseparables.
Teresa adoptó una perrita pugg de cuatro años, Lulita, que ahora es un miembro más de su familia.
“Ella venía a mi casa todos los días. Yo le compré su camita, su comida, sus juguetes y Lulita cada vez se quedaba más tiempo. Hasta que un día, la antigua dueña me dijo que me quede con ella”, comenta Teresa mientras recuerda el comienzo de su historia con Lula. Pero la pequeña pugg no es la primer mascota que ha vivido con Teresa y su familia. Con un poco de tristeza, recuerda que hace algún tiempo tuvo una perra que vivió hasta los 15 años y cuando murió, Teresa se sintió tan decaída que decidió no tener más mascotas. Pero Lulita le robó el corazón. A ella y a toda su familia.
Teresa sabe el momento exacto cuando su esposo está por llegar a casa, porque Lulita comienza a dar brincos de felicidad, y no se detiene hasta que le abren la puerta y baja las escaleras como un rayo para darle el más cariñoso de los recibimientos.
En Ecuador un aproximado de 500 mil mascotas son abandonadas cada año. Frente a esa penosa realidad hay pequeñas acciones que pueden hacer una gran diferencia. Una de ellas es la adopción de un perro callejero.
Según una publicación de National Geographic que retoma varios estudios históricos, los perros y los humanos comenzaron una relación de amistad hace casi 10 mil años. En un principio fue de ayuda mutua para que ambos pudieran conseguir comida, pero con el pasar de los años, quedó un fuerte vínculo entre amo y mascota, que los convirtió en amigos.
Lulita es la prueba de ello. Ella es la engreída del hogar. Sigue a Teresa por donde va y se va a dormir solo después de asegurarse que su ama también duerme. Es prácticamente una hija más. Teresa es una amante de los animales y por eso sabe que el amor que se les da es absolutamente correspondido por las mascotas. Para ella, la mejor manera de demostrar ese amor es cuidándolos. En su caso, la adopción fue la mejor decisión.