Salir de casa sin tener que hacerlo
Nos gustan los patios por su sencillez, calidez y belleza. No se necesita tener alfombras o muebles costosos para lograr que sea el lugar preferido de la casa. Para muchos, es el espacio destinado a la diversión, en donde se pueden recibir a las visitas un fin de semana caluroso y disfrutar de una parrillada al aire libre. Para dicha de sus habitantes, las Ciudades para Vivir, cuentan con un patio trasero —con diferentes dimensiones, según el modelo de la casa y la disposición del terreno—, lo que aporta grandes ventajas por sobre otros tipos de vivienda.
Para tener un patio no hay que tener un terreno gigante, sino una buena planificación. Gracias a la buena distribución arquitectónica con la que se construyen las casas de las Ciudades para Vivir, se han podido aprovechar los espacios al máximo. Desde las casas más pequeñas hasta las más grandes, todas cuentan con ese lugarcito que brinda una verdadera sensación de libertad: un espacio cubierto por el cielo para disfrutar al aire libre.
Para tener un patio no hay que tener un terreno gigante, sino una buena planificación. Gracias a la buena distribución arquitectónica con la que se construyen las casas de las Ciudades para Vivir, se han podido aprovechar los espacios al máximo.
Para Zoila Cedeño, quien reside en Villa Club, pasar tiempo en el patio de su casa es como tener una salida light, porque no está encerrada pero tampoco ha salido del todo. Ha colocado un par de muebles en ésta área y también una mesa de ping pong para jugar y calmar el hambre mientras prepara una carne a la parrilla. “Es el rincón favorito de mi casa·, dice. Cuando está muy cansada y quiere despejar su mente pero tampoco tiene las energías para manejar hacia algún otro sitio, se sienta en el sillón de su patio con una copa de vino a leer, o simplemente contemplar el cielo mientras deja a su mente descansar.
Los patios también suelen ser el lugar preferido de los niños porque lo pueden convertir en una especie de parque de diversiones. Zoila ha armado una carpa de camping y ha pasado allí la noche con su hijo, quien disfruta escuchar cuentos en la oscuridad. Fátima Dávila, quien vive en Hermés de Villa Club, también aprovecha los patios para compartir con sus mellizos de cuatro años. Aprovecha las tardes soleadas, y cuando no van al club social de la urbanización, les infla una piscina y se divierten allí. Otras veces les da pinturas y embarran hojas y cartulinas enteras en el patio, lejos de manchar algún mueble u objeto preciado que esté dentro de casa. Para muchos, los patios es donde los momentos más divertidos ocurren, y en las Ciudades para Vivir todos pueden disfrutarlos.