Una isla para vivir
Desde siempre, las islas han estado rodeadas de un misticismo especial.Todos recordamos la fábula de Moby Dick, cuya trama se desarrolla en la isla de Nantucket-Estados Unidos o la isla de Ogigia, donde la ninfa Calipso ─según La Odisea de Homero─ retuvo con sus encantos al héroe Odiseo por casi cinco años. Pero además de esto, las islas otorgan cierta exclusividad que otro tipo de asentamientos no tiene. Isla Celeste es un proyecto pensado justamente bajo esa idea; la de ofrecer una opción de vivienda premium para un público que busca exclusividad. Así lo dice Iván Torres, Gerente de Ventas de Ciudad Celeste.
Isla Celeste ─actualmente en proceso de construcción, y sobre cuya proyección ya hablamos en otro texto─ está ubicada sobre un islote de 55 hectáreas que está próximo a Ciudad Celeste y se levanta sobre el río Babahoyo. Para ingresar a Isla Celeste, se construyó un puente que conecta a la isla con esta Ciudad para Vivir, y que parte desde un redondel ubicado a un extremo del colegio Alemán Humboldt. Este proyecto urbanístico está dividido en dos etapas; Estribor y Babor, alcanzando así las catorce etapas de Ciudad Celeste.
Isla Celeste ─actualmente en proceso de construcción, y sobre cuya proyección ya hablamos en otro texto─ está ubicada sobre un islote de 55 hectáreas que está próximo a Ciudad Celeste y se levanta sobre el río Babahoyo.
Entre las novedades que trae consigo este proyecto, se puede mencionar los once nuevos modelos de casa que estarán disponibles y que fueron creados por el arquitecto Clemente Durán Ballén —quien también diseñó las casas en las anteriores urbanizaciones de Ciudad Celeste-. Estas casas son de dos pisos, tienen de tres a cinco dormitorios desde 148 hasta 225 metros cuadrados de construcción en terrenos desde 225 hasta 300 metros cuadrados, en dos urbanizaciones que incluyen once nuevos modelos de casas. Más adelante, se tiene planificado lanzar un modelo de una sola planta más adelante. Además se está construyendo un centro comercial, Town Center, donde los residentes podrán encontrar distintos servicios, desde farmacias hasta restaurantes.
Lo novedoso en la Isla aparte de su concepto de status y confort en diseños y áreas sociales son la piscina tipo playa, una propuesta exclusiva para esta parte de Ciudad.
Otro de los puntos fuertes de este proyecto es el especial cuidado que se tiene con el mangle natural que rodea a Isla Celeste. En total son 3800 metros cuadrados de manglar que no solo representan un recurso natural escaso en la zona costera —de las más de 200 mil hectáreas de manglar que existían en 1969, solo quedan 147 mil— sino que además las raíces del manglar ayudan a filtrar el agua del río y evitar posibles inundaciones.
Entre las novedades que trae consigo este proyecto, se puede mencionar los once nuevos modelos de casa que estarán disponibles y que fueron creados por el arquitecto Clemente Durán Ballén —quien también diseñó las casas en las anteriores urbanizaciones de Ciudad Celeste—.
Vivir cerca de la naturaleza nos hace bien, no solo como un tema de salud, sino que además puede modificar las rutinas de una comunidad y unirla más. Un estudio de la Universidad de Cardiff, en Gran Bretaña, tomó de muestra a más de 200 mil personas que vivían cerca de zonas con un alto número de áreas verde. El análisis final demostró que en estas comunidades existe un menor índice de criminalidad y más cohesión dentro de las relaciones entre vecinos. El estudio también sugiere que, el hecho de que las personas se sientan conectadas con la naturaleza, podría hacer que a su vez se sientan más cercanas a su entorno general, incluyendo a las personas.
En la actualidad los trabajos en Isla Celeste tienes un 30% de avance. Ahora se encuentra en el proceso de relleno de la isla y se aspira a que a mediados de 2017 esté terminada Estribor y que para marzo del 2018, se pueda entregar la primera casa.
Vivir cerca de naturaleza es un proceso de sanación en todos los sentidos. Nos vuelve personas más conectadas con nuestro entorno social y natural. Nos regresa a lo más primitivo del ser. Vivir en un isla ya no es más una aspiración lejana, ahora es una posibilidad real.