¿Con qué agua se riegan las áreas verdes de las Ciudades para Vivir?

El sentido de comunidad es uno de los aspectos clave de las Ciudades para Vivir: fueron ideadas como proyectos urbanos para compartir, por eso los niños juegan en los parques, los vecinos realizan fiestas y se organizan diversos torneos deportivos para los residentes. Como ya lo contamos, la vida en comunidad tiene una relación positiva con la satisfacción acerca de la calidad de vida. En un artículo presentado durante el marco del congreso mundial HÁBITAT II, el autor destaca que al mejorar la calidad ambiental de una ciudad, también aumentan las relaciones interpersonales entre residentes, porque la calle se convierte en un lugar idóneo para pasar el tiempo libre. Quienes crearon las Ciudades para Vivir lo saben: ellos destinaron gran parte de los terrenos a la creación de áreas verdes para que los vecinos —sin importar la edad— puedan construir comunidad.

En Ciudad Celeste, el 40% del espacio de cada urbanización tiene áreas comunes que sirven a las necesidades de los residentes, gran parte de estas son áreas verdes. La Península cuenta con cerca de ocho mil metros cuadrados —unas 8 piscinas olímpicas juntas— de áreas verdes, sin tomar en cuenta los jardines de las casas. La Vía Principal tiene más de cuatro mil metros cuadrados. En un proyecto como Ciudad Celeste, estos espacios son muy importantes porque mejoran la calidad de vida de sus residentes. Por eso, el mantenimiento de jardines y plantas es una prioridad. Para lograr un manejo más eficiente de los recursos de las urbanizaciones, en Ciudad Celeste existen actualmente dos plantas de tratamiento de agua que recogen la que los hogares desechan y la procesan hasta dejarla apta para ser reutilizada. ¿Y en qué se utiliza el agua tratada? Exclusivamente en el riego de áreas verdes comunes, una actividad en la que cada mes se utiliza alrededor de más 52 mil metros cúbicos de agua. Ese es el equivalente al agua que entra en cerca de 22 piscinas olímpicas. Al año son más de 620 mil metros cúbicos, una cantidad que podría llenar cerca de mil ochocientas veces la laguna de Quilotoa en los Andes ecuatorianos. Las plantas de tratamiento permiten reducir el consumo de agua, el recurso vital por excelencia, y aportar a las acciones que a nivel mundial se están llevando a cabo para preservarla. Además, bajan los costos por consumo de agua para las administraciones, lo que representa un ahorro en el presupuesto y pago de alícuotas.

Así, el ciclo sigue se mantiene activo: en las Ciudades para Vivir, las plantas o áreas verdes necesitan el agua tratada para crecer y los residentes necesitan las plantas para socializar y ser más felices.

Aquí, les mostramos cómo funcionan las plantas de tratamiento de agua en Ciudad Celeste.