Correr libres, sin correas: el sueño de todo perro ahora es posible en Doral
Daniel Chamba y su esposa Mónica Beltrán, solían pasear a sus dos perras todos los días por los alrededores de Doral en Villa Club, la urbanización donde residen. Siempre realizaban una parada en una de las canchas múltiples, aprovechando que el lugar es cerrado, soltaban a sus perras para dejarlas correr libres de peligro, siempre que el espacio estuviera vacío. Es algo que muchos otros de sus vecinos con perros también solían hacer hasta que un miembro de la directiva les indicó que no era lo adecuado, pues las canchas tienen la finalidad de ser usadas para el deporte, y no para la recreación de los animales. “Fue ahí que nos dimos cuenta que nuestras mascotas también necesitan un espacio para poder recrearse” dice Daniel quien junto a su esposa lograron reservar un espacio de la urbanización y destinarlo para ser el parque de las mascotas: así se creó Puppy.
Las mejores comunidades prueban que no hay espacio para los conflictos y que la mejor solución siempre será el consenso. Cuando a Daniela y a su esposa les dijeron que no podían seguir paseando a sus perros en la cancha multideportiva, la directiva de Doral convocó a una reunión entre los propietarios con mascotas para conversar opciones. Todos aportaron ideas, y la que más apoyo tuvo fue la de destinar un espacio exclusivo de la urbanización para las mascotas. La directiva les asignó un área verde para ello: justo al lado de la cancha donde solían soltar a sus perros. “El perro, en algún momento, necesita pasear sin la cuerda para poder correr libremente y necesitábamos ese espacio” dice Daniela satisfecha con la labor lograda.
Lo primero que se tuvo que hacer para adecuar el parque canino fue un cerramiento que permitiera a los perros correr libres, sin correa. La directiva cooperó con un 30% del valor de la obra, y gracias a la autogestión de los vecinos se pudo completar el saldo.
El lugar ya está habilitado: los perros corren libremente sobre el césped. Lo siguiente será realizar un camino adoquinado para las personas que evitará los charcos en la época de lluvia. Para obtener fondos, Daniel y Mónica, líderes de la iniciativa, están juntando material reciclado y el domingo 2 de octubre realizarán una feria de dulces y emprendedores en el mismo lugar. “Para Mónica encontrar una botella de plástico es como encontrar oro”, dice entre risas Daniel. “Espero por lo menos sacar $100 dólares de todo el material reciclado que los vecinos nos han ayudado” dice Mónica. Una comunidad sólida, como Doral, es proactiva. Los vecinos no perdieron tiempo en discusiones y promovieron soluciones. Para muchos, pasear a sus perros es una de las actividades más importante del día: “es una forma de socializar también con los vecinos” dice Daniel. Hoy lo hacen desde un lugar seguro para sus animales, construido por las manos de sus dueños, y cumpliendo con el orden que todas las urbanizaciones necesitan.