Una solución para los gatos callejeros
Villa Club formó una alianza con la fundación Rescate Animal, para encontrar una solución a largo plazo que sea efectiva, y sobretodo más humana que está teniendo buena acogida en las Ciudades para Vivir.
En 1999, la municipalidad de la isla Príncipe Eduardo en Canadá estaba harta de los gatos vagabundos que merodeaban sus calles. En su mayoría eran gatos callejeros maltrechos, lastimados, con heridas abiertas, y muy bulliciosos por la noche, que vivían compitiendo por comida, hembras y dándose golpizas con otros gatos. Su solución fue eutanizar a 1600 felinos. Dos años después, los gatos seguían multiplicándose y descubrieron que para disminuir su población no había que eliminarlos, sino cuidarlos y conservarlos. Es un método que se ha replicado en distintas ciudades, como en Nueva York, donde la consigna del trap-neuter-return, (atrapar-esterilizar-regresar) moviliza a cientos de voluntarios en busca de gatitos callejeros para esterilizarlos y evitar su reproducción.
Los gatos son primos del león, y como él, son igual de salvajes. Los gatos han acompañado al hombre a lo largo de su existencia: Hoy son los reyes del Internet, con memes inundando los feeds de todas las redes sociales. Son una especie que ha invadido al planeta entero, y si no los controlamos, pueden representar un peligro para las comunidades. Se han adaptado a la vida urbana, pero igual el instinto perdura y siguen siendo expertos para la caza. Se estima que sólo en Estados Unidos, los gatos cazan más de tres millones y medio de aves al día. Al año son más de ,3 mil millones: hay menos gente en la India que pájaros en las garras de los gatos. Los gatos son responsables de la extinción de veintidós especies de aves en islas alrededor del mundo. Pero para algunas personas, son parte de sus familias y eso es sumamente comprensible. Pero con una mascota siempre hay responsabilidades, y con los gatos callejeros hay una responsabilidad social.
Casi todos los vecindarios del mundo tienen un grupo de gatos callejeros. Los gatos se mueven en colonias. Como en la caricatura de Don Gato, tienen su propia pandilla en la que comparten un determinado territorio y disfrutan de los recursos que hay allí. Pueden sobrevivir en un botadero de chatarra, como en algún área residencial llena de parques y autos. Y se reproducen tan rápido que de una sola pareja de gatos pueden descender ochenta millones de gatitos en una década. El problema es que cada vez nacen más gatos de los que se pueden adoptar y los animales callejeros son un foco infeccioso de enfermedades. En muchos casos, el primer impulso ha sido capturarlos y eutanizarlos pero no ha sido una medida efectiva ni tampoco aceptada por las comunidades, y seriamente cuestionada por grupos que promueven el trato ético a los animales.
Una mañana de septiembre de 2016, varios residentes de Galaxia en Villa Club, al salir de sus casas se toparon con gatos muertos. Unos yacían debajo de los carros, otros estaban tendidos en las calles de la urbanización. Eran ocho. Sus cuerpos intactos revelaban lo ocurrido: un envenenamiento masivo. Las fotos y mensajes por redes sociales no tardaron en inundar las pantallas de los celulares de los vecinos con algunos anuncios pidiendo justicia por la muerte de los animales. En el Ecuador, el maltrato animal es penado por la ley con cárcel. Una acción que repudiaron muchos y obligó a que los residentes busquen alguna acción que evite eventos similares. Fue entonces que se formó una alianza con la fundación Rescate Animal, para poder encontrar una solución al problema. Era claro que nadie quería que señalen a su vecindario como el lugar donde matan animales.
Pocos días después de la tragedia, Rescate Animal convocó a los vecinos de Villa Club para iniciar una serie de talleres sobre el Trap-Neuter-Return, o CES (Capturar, esterilizar, soltar) como ellos lo llaman en español. Allí los vecinos entendieron que para librar al vecindario de los felinos es inútil matarlos. Eso solo despejará la zona para que nuevos gatos lleguen y aprovechen los recursos que allí hay. Lo óptimo es capturar a los gatos para esterilizarlos y vacunarlos. Luego, ofrecerlos en adopción y si no hay hogar que los acoja, soltarlos en el mismo sitio. Esterilizar a los gatos calma de inmediato el espíritu ferviente que tienen por competir por hembras y territorio. Se vuelven mucho más pasivos, y ya no se involucran en peleas. Además evita a que se reproduzcan y permite que gocen de una vida más saludable. Bryan Kortis, de la fundación Neighborhood Cats, indica que de una colonia de treinta gatos, luego de practicar el CES, cinco años más tarde pueden quedar ocho. Es una solución a largo plazo pero efectiva, y sobretodo más humana que está teniendo buena acogida en las Ciudades para Vivir.