Amplía tu casa al ritmo que crece tu familia en Villa del Rey
Comprar una casa es una decisión que ancla el inicio de lo más importante para una familia: la construcción de su hogar.
Cuando Omayra Peñaherrera y Francisco Vargas compraron su primera casa, estaban a la espera de Leo, su primer hijo. Era 2012 y ambos tenían treinta años. Buscaban, como todo matrimonio, una casa que se adapte a su pequeña familia y la encontraron en Villa del Rey. Además de todos los beneficios que vivir en una urbanización privada implica, a los Vargas Peñaherrera lo que más les llamó la atención fue que su casa tenía el potencial de crecer. Las casas crecederas están diseñadas para familias como la de Omayra, quienes están dispuestos a hacer la inversión más grande de su vida con la seguridad de que los acompañe al mismo ritmo que crece su familia.
Comprar una casa es una decisión que ancla el inicio de lo más importante para una familia: la construcción de su hogar. Villa del Rey es un proyecto atractivo para matrimonios jóvenes: no es extraño que un gran porcentaje de familias que habitan en este proyecto habitacional tienen solo dos integrantes: esposo y esposa. Las casas crecederas son maleables porque tienen una losa que facilita el levantamiento de un segundo piso. Una casa en Villa del Rey se puede pagar con cuotas desde $239 mensuales. Por valores superiores, estas mismas familias pagaban el alquiler de un departamento o casa que nunca sería suya. Hoy pagan por una que en un futuro inclusive puede ser más grande, cuando el presupuesto y la necesidad familiar llegue. Es planificación a largo plazo. No solo se ajustan al crecimiento familiar, sino al bolsillo de cada uno.
A tan solo año y medio de haber adquirido su casa, la familia Vargas Peñaherrera inició su primera ampliación. Construyeron un segundo piso, y en una casa que inicialmente tuvo dos cuartos, ahora hay el doble. “Todavía no tenemos un segundo hijo, pero se habilitó un nuevo cuarto para que mi mamá venga a vivir con nosotros” dice Omayra. En su nuevo segundo piso dejó la parte delantera abierta, para que tener un balcón en el que ha colgado una hamaca y se puede ver hasta el parque central de su urbanización. “Desde aquí puedo ver claramente cuando Leo está jugando con su papá” dice Omayra. El piso aún no está terminado, solo está enlucido sin cerámicas. “Estamos habilitando de a poco este espacio, por lo pronto tenemos lo principal, el cuarto para mi suegra” dice Francisco.
Al igual que cualquier otra construcción, se debe contar con los debidos permisos municipales de Daule y regirse a las normas de construcción vigentes en el país y diseño arquitectónico de Villa del Rey. Las casas en esta Ciudad para Vivir están construidas bajo el sistema Paredes Portante de Hormigon Armado. Eso quiere decir que sus paredes no solo funcionan como división de espacio, sino que son fundamental en la estructura soportal de la casa. Por eso, de realizar alguna ampliación o remodelación se debe evitar derribarlas o desplazarlas. Lo indispensable es contar con la asesoría de un ingeniero y arquitecto que recomiende el tipo de construcción precisa. Según la arquitecta Melania Ascanio, para una villa del modelo Castillo 3 (una planta y tres cuartos), tranquilamente se pueden hacer dos cuartos en una planta superior con una sala de entretenimiento familiar.
Una vez que se haya hablado con el arquitecto e ingeniero, el siguiente paso es realizar el trámite municipal para conseguir un permiso de construcción. Sin este documento, la ampliación no puede hacerse: es el Municipio quien debe aprobar cualquier modificación en la estructura de un predio. El trámite dura aproximadamente veintiocho días una vez que se hayan entregado los documentos pertinentes (los que están en la siguiente infografía).