Las Ciudades para Vivir: un ejemplo a seguir
Una de las tendencias más importantes en la planificación de ciudades es el urbanismo sustentable: se trata de que las comunidades se establezcan en ambientes armónicos y amigables con el entorno.
El arquitecto griego Hipodamo de Mileto es considerado el primer urbanista de la historia. Nació, según los registros, un 8 de noviembre, hace más de dos mil quinientos años. Por eso, el 8 de noviembre, conmemoramos el Día Mundial del Urbanismo. En las Ciudades para Vivir, sin embargo, se podría decir que el día del urbanismo se celebra todos los días: se construyen espacios que permiten a sus ciudadanos acceder a los servicios con comodidad, utilizando el entorno como herramienta fundamental, propiciando la interacción con la comunidad y aprovechando la naturaleza para un crecimiento sostenible
Una de las tendencias más importantes en la planificación de ciudades es el urbanismo sustentable: se trata de que las comunidades se establezcan en ambientes armónicos y amigables con el entorno. Las Ciudades para Vivir son un ejemplo de ello: todo está pensado para que seres humanos y naturaleza se desarrollen en conjunto. Los residentes de Villa del Rey, Villa Club, La Joya y Ciudad Celeste no solamente lo saben, sino que lo viven. Villa del Rey tiene un Plan de Manejo Integral (PMI) que busca —entre varias otras cosas— la construcción de viviendas con bajo impacto ambiental. El hecho de estar ubicada en una zona excepcional, en donde se encuentran diecisiete hectáreas de bosque seco tropical, un área más grande que todo el cerro Santa Ana de Guayaquil, aumenta la responsabilidad de preservar. Este proyecto inmobiliario que se desarrolla en la cuenca del Río Daule, demuestra que es posible construir ciudades que protegen bosques. Por ello, lo primero que hizo el PMI fue realizar un inventario forestal, como ya lo contamos en detalle anteriormente.
No es la única que construye pensando en el medioambiente. Todas las Ciudades para Vivir lo hacen. La Joya mantiene su Plan Verde. Los vecinos quieren dejar un legado visible, y para eso plantan árboles. Los propietarios de las nuevas urbanizaciones entregadas reciben su casa con dos árboles de tamaño mediano —puede ser olivo negro o tulipán africano—. Estos árboles fueron escogidos para crecer junto a las familias que habitan este proyecto inmobiliario, y extender sus ramas lo suficiente para darles sombra y cobijo.
Otro de los elementos fundamentales dentro de las tendencias de urbanismo modernas, es la movilidad. Las ciudades más responsables y con mayor visión de desarrollo sustentable, piensan en formas de transportar que sean menos contaminantes y más amigables con el medioambiente. Una publicación del Gobierno de Navarra, España, explica que un urbanismo con intención de contribuir a una movilidad sostenible, estimula el uso de medios de transporte colectivos y no motorizados. Para quienes desarrollan los proyectos de vivienda de las Ciudades para Vivir, esto es muy importante. Por eso, no solamente han creado —y siguen creando— rutas especiales para la bicicleta.
En Villa Club, hay ciclorrutas que están a lo largo de las urbanizaciones Hermes, Luna e Iris. En este proyecto además los ciudadanos participan activamente en eventos que fomentan el ciclismo. En Ciudad Celeste, el Municipio de Samborondón está construyendo una cicloruta en la avenida principal de acceso. Una vez lista, los residentes podrán salir hasta la avenida principal de la Vía a Samborondón, y pedalear hacia los distintos centros comerciales que hay en la zona. Mientras tanto, en La Joya, se está construyendo un parque lineal de 4.75 hectáreas que contará, entre otras cosas, con la infraestructura necesaria para practicar el ciclismo.
No se trata solamente de fomentar el uso de este tipo de transporte; también hay que ofrecer las facilidades necesarias en el entorno inmediato, para cubrir la necesidad de acceder a distintos tipos de servicios: alimentación, salud, entretenimiento. Las Ciudades para Vivir están planificadas considerando la demanda de servicios de sus vecinos. En todas hay centros educativos como el Colegio Alemán Humboldt en Ciudad Celeste o EducaMundo en Villa Club. Pueden acceder a servicios de salud como Vitalmed o de belleza, como Gloria Saltos. Hay variedad de sitios para comer: desde panaderías y pastelerías como Pastelería Adriana hasta restaurantes como La Caldera del Negro o Hamburguesas El Capi, pasando por sitios de bocaditos como D´Matilde.
En nuestra sección Gastronomía hemos escrito sobre la mayoría de lugares disponibles.
Parte de planificar una ciudad, es pensar en la relación que van a tener sus habitantes, y crear espacios de convivencia —como centros comerciales y colegios— y de interacción entre vecinos —club social, áreas verdes— fomenta la cohesión entre la comunidad. La Universidad de Málaga dice que existe una fuerte relación positiva entre el sentido de comunidad y la satisfacción con la calidad de vida; y mientras más interesados estemos en nuestro barrio y la gente que nos rodea, mejor nos sentiremos.
Con todas las herramientas a la mano disponibles, en las urbanizaciones de las Ciudades para Vivir se desarrolla un ambiente de hermandad. Por eso, no es raro encontrar constantes iniciativas desde las familias que se organizan para solucionar problemas ambientales como el reciclaje en La Joya, o para responder a una necesidad, como las mamás que se juntan en Villa Club, para hablar de los primeros años de vida de sus hijos y la lactancia, o simplemente para compartir una actividad que disfrutan, como ver el Campeonato Nacional de Fútbol, en La Joya .
En Ciudad Celeste también surgieron iniciativas como estas; allí un grupo de personas retiradas, decidieron formar un club y acompañarse todos los martes y jueves. Juntos realizan desde manualidades hasta visitas al teatro. No son los únicos en encontrar amistades entrañables; en La Joya por ejemplo, las integrantes del Comité de Damas de Coral se reúnen todos los viernes en el club de la urbanización a tomar café y conversar.
Una ciudad es un organismo vivo. No puede ser pensada únicamente como un espacio de casas, edificios y calles. La esencia son sus habitantes. Por eso en las Ciudades para Vivir son ellos quienes construyen aquello con lo que sueñan. Los proyectos surgen de la organización de vecinos, a través de las asociaciones de residentes y las directivas. En una ocasión anterior explicamos cómo funciona la asociación de residentes y su importancia para el desarrollo de la comunidad. Gracias a la colaboración entre vecinos se puede adquirir juegos para los parques, mantener en buen estado las canchas o adquirir nuevos bienes. Y el papel de las directivas es primordial para poder gestionar las iniciativas de los residentes y manejar de la mejor manera el monto resultante del pago puntual de alícuotas.
El Día Mundial del Urbanismo se conmemora desde 1949, con la idea de promover el rol de la planificación en la creación de comunidades sustentables; las Ciudades para Vivir lo hacen a diario. Y esa es una de las razones por la que se han convertido en un ejemplo de desarrollo urbanístico. Crear un espacio de comunidad, convivencia amigable con la naturaleza, crecimiento sustentable, organización, estética e interacción, no es una coincidencia, es planificación.