Entrar a una casa smart es entrar al futuro
Nadie vio venir a las pantallas táctiles pero hoy son indispensables en nuestra vida. Para trabajar, viajar, comprar, pedir un taxi, revisar la agenda o hablar con un amigo al otro lado del mundo. El touchscreen es la vida. El touchscreen será, también, la casa. En Ciudad Celeste, cada vez más casas implementan gadgets que […]
Nadie vio venir a las pantallas táctiles pero hoy son indispensables en nuestra vida. Para trabajar, viajar, comprar, pedir un taxi, revisar la agenda o hablar con un amigo al otro lado del mundo. El touchscreen es la vida. El touchscreen será, también, la casa. En Ciudad Celeste, cada vez más casas implementan gadgets que simplifican la vida familiar gracias a la tecnología.
Se llama domótica. O, en una definición de catálogo: el conjunto de sistemas que automatizan las diferentes instalaciones de una vivienda. En lenguaje práctico: la tecnología puesta al servicio del hogar.
Ciudad Celeste es el único proyecto urbanístico que pone la domótica al alcance de todas sus urbanizaciones. Antes, estos sistemas estaban disponibles por pedido, y dirigidos —por su costo— a élites. En Ciudad Celeste está disponible para todos.
Patricia Albán, gerente de ventas del proyecto, dice que lo hacen porque responde a una vocación empresarial: la innovación. Durante la Feria Hábitat 2015 promocionaron su implementación sin costo adicional. Durante el mes de octubre continuará la promoción.
En la casa smart, una tablet es el cerebro corazón de la casa. “Con ella se puede controlar el encendido de luces, su intensidad y cambio de color.” —dice Albán— “También se puede manipular las cortinas de las casas, los acondicionadores de aire y todos los implementos que se encuentren en el dormitorio master”.
En unos años, nadie se tomará en serio una casa que no esté mínimamentedomotizada. En Ciudad Celeste se han adelantado a ese momento.
La prehistoria de la domótica se remonta a la década de los setenta del siglo pasado. Los primeros sistemas comerciales para automatizar funciones se instalaron en Estados Unidos. Se limitaban a la regulación de la temperatura ambientales de edificios de oficinas. Hoy en día, una casa smart ―así se define a las viviendas que aplican la domótica― se asienta en cuatro puntos específicos: seguridad, comodidad, comunicaciones y ahorro energético. En España, por ejemplo, el número de viviendas automatizadas es todavía bajo si se lo compara con el total de viviendas, pero el interés en adoptar el sistema está creciendo progresivamente. En Estados Unidos, por otro lado, esta tecnología es muy común— tanto, que hay ciertos accesorios que se venden en supermercados y algunos domotizan hasta las casas de sus mascotas. En ese país se calcula que —para 2017— serán cerca de ocho millones los usuarios de esta tecnología. Ciudad Celeste se suma a un movimiento de vanguardia global.
Es una coincidencia feliz: estamos celebrando la fecha en que, se supone, Marty McFly —el personaje de la película Volver al Futuro que viaje en el tiempo en su Delorian— arribaría al año 2015. En la película, no había pantallas táctiles: más de una vez, los seres humanos nos hemos imaginado cómo sería el futuro —y nos hemos imaginado mal. En 1947, la revista Popular Science auguraba que para principios del siglo XXI nuestro turismo incluiría la Luna y Marte. El artista e ilustrador Jean-Marc Coté se imaginaba que en el 2000 se cazaría desde el aire, utilizando alas y hélices. Eran predicciones que hablaban más de su tiempo que del que vendría.
Pero no todas fueron falsas profecías: en 1967 el periodista Walter Cronkite mostraba cómo sería la casa del futuro en su programa de televisión The 21st Century, que emitía la CBS. Decía que habría un aparato permitiría recibir las noticias de todo el mundo y las imprimiría. Junto a esa consola, tres pantallas le permitirían consultar el clima y el estado de la bolsa de valores, realizar videoconferencias y la tercera, comunicarse con el resto de la casa. Muy cerca a nuestro presente. Solo que ahora todo eso se puede hacer en una pantalla. Según Cronkite, con ese equipo el trabajo podría hacerse desde casa.
Como una versión mejorada de las predicciones de Cronkite, en Ciudad Celeste el futuro de verdad ya llegó. El encendido y apagado de cada uno de los ocho puntos de luz que hay —en promedio— en las viviendas de sus urbanizaciones pueden ser programados a través de una tablet. Las familias ciudadcelestinas pueden controlar su gasto de energía eléctrica, la hora en que se encienden en la mañana, y hasta la música con la que quieren ambientar sus días. La implementación del sistema de las casas smart se puede adaptar a cualquiera de las casas de Ciudad Celeste. Es tecnología de vanguardia para la vida familiar.