El Rincón del Chileno
En el mundo hay tantos variedades de comida como habitantes en el planeta. O quizá incluso más. La cocina latinoamericana es el resultado de la combinación de especies locales como el verde y la yuca, con aquellos productos que los españoles nos dejaron como herencia a su llegada a América. Una de las delicias que […]
En el mundo hay tantos variedades de comida como habitantes en el planeta. O quizá incluso más. La cocina latinoamericana es el resultado de la combinación de especies locales como el verde y la yuca, con aquellos productos que los españoles nos dejaron como herencia a su llegada a América.
Una de las delicias que hemos adoptado como nuestra es la empanada, en todas sus variedades. En La Piazza de Ciudad Celeste, se puede saborear la versión chilena de este producto, en El Rincón del Chileno.
El encanto de comer una empanada es que al morder la crujiente masa -que puede ser horneada o frita- el relleno siempre varía. En El Rincón del Chileno hay cinco posibles combinaciones. Basta con probar una para terminar comiendo todas. Son adictivas. Aquí las hay de queso -de ese que se derrite provocándonos un deseo insaciable de enredarnos en su sabor- ,carne, jamón con queso, camarón con queso y mariscos. Los clientes pueden pedirlas al horno, o fritas, como lo prefieran.
La carta es completa; hay desde platos tradicionales chilenos como la chorrillana: una cama de papas fritas bañada con trozos de carne y cebolla -algo así como un estofado- y cubierto con dos huevos fritos
El Rincón del Chileno es pequeño, pero con un menú de grandes. La carta es completa; hay desde platos tradicionales chilenos como la chorrillana: una cama de papas fritas bañada con trozos de carne y cebolla -algo así como un estofado- y cubierto con dos huevos fritos. Puedes volverte loco escogiendo el hot dog que cumpla con los requisitos que quieras pues los hay con guacamole, con diferentes tipos de quesos, con tocino, con carne, con salsa barbecue. Los hay todos. Y ni hablar de los sanguches.
Este local no es solamente un restaurante, sino que su propietario, Iván Vicencio, quiso que allí se encontraran productos tradicionales de Chile como mermeladas, galletas, jugos, entre otros. Por eso, el restaurante también es una boutique –tal como se lee en su letrero–. Así los comensales pueden conocer un poco más del país del sur y llevarse un pedazo de su gastronomía hasta su casa.
Este sitio abre a las ocho de la mañana hasta las diez de la noche -entre semana- y doce de la noche los fines de semana. Hay comida a lo largo del día. A la hora delbrunch se pueden saborear las megacrepes -de diámetro superior a las comunes- cubiertas con chocolate y frutillas, guineo, entre otros.
No cabe duda que al Rincón del Chileno se llega para mimar al paladar.