La Joya piensa en verde
Para sembrar un árbol no se necesita mucho: algo con que cavar —que bien puede ser nuestras mismas manos—, agua, y por supuesto el árbol —que debe ser de un metro de altura aproximadamente—. Plantar un árbol es una actividad que no requiere una inversión significativa, pero la recompensa es invaluable. Lo idóneo es vivir […]
Para sembrar un árbol no se necesita mucho: algo con que cavar —que bien puede ser nuestras mismas manos—, agua, y por supuesto el árbol —que debe ser de un metro de altura aproximadamente—. Plantar un árbol es una actividad que no requiere una inversión significativa, pero la recompensa es invaluable. Lo idóneo es vivir rodeado de copas de árboles que nos garantizan la posibilidad de llenar los pulmones de aire limpio, y además evitan las olas de calor. La Joya es uno de los proyectos urbanísticos que más se preocupa por construir viviendas, en un ambiente rodeado de árboles, como ya lo contamos en La Colmena. El pasado 31 de marzo, los colaboradores de esta empresa plantaron 44 árboles en el Vial 1, la calle que conecta a La Joya con Villa Club.
No es la primera vez que los colaboradores de La Joya realizan este tipo de actividades. Este es un evento, que se ha repetido durante cinco años, como cuenta Karina Ruiz, Jefe de Administración y Bienestar Social de la empresa detrás de La Joya. Una vez al año, todos los que trabajan para esta Ciudad para Vivir se reúnen para hacer una siembra comunal. Es una práctica corporativa que se ha vuelto tradición. Gerson Quintong, colaborador del departamento de Urbanismo, piensa que “si todos sembramos un árbol como cuidamos nuestra casa, el mundo sería mejor”.
El pasado 31 de marzo, los colaboradores de esta empresa plantaron 44 árboles en el Vial 1, la calle que conecta a La Joya con Villa Club.
Los árboles tienen la gran función del mejoramiento de la calidad del aire porque captan todo el dióxido de carbono que se genera a través de las emisiones que existen y forman el efecto invernadero. Estas emisiones son la principal causa de la elevación de la temperatura que la Tierra está experimentando —lo que ha tenido como efecto la disminución de hielo de los glaciares en algunos lugares del planeta—.
Alrededor de ochenta personas participaron en la siembra de árboles. Lo hicieron bajo un sol inclemente, muchos usando gorras y con una botella de agua en mano. Eran un equipo y se identificaban usando camisetas iguales con un logotipo que incluía un árbol. A pesar de que fue un día muy caluroso, los colaboradores pasaron un gran momento. Saben que en el futuro, los rayos de ese mismo sol serán detenidos por las copas de los árboles que sembraron y que brindarán la sombra que se necesita para refrescar las calles.