Entrenar a nuestros perros para ganar su corazón - La Colmena

Entrenar a nuestros perros para ganar su corazón

Un perro entrenado ayuda al bienestar de sus dueños y de la mascota: dejará de ser un dolor de cabeza para quienes lo cuidan y podrán disfrutar de su compañía.

Luis vive en Brillante de La Joya, y uno de los motivos por los que se dedica a su oficio es mantener viva la afinidad histórica entre los perros y sus amos.

Los perros han acompañado al hombre por siglos. La relación perro – hombre es un producto de nuestra evolución: los seres humanos moldeamos a nuestros fieles compañeros durante miles de años. Luis Torres, entrenador de perros, lo cree: “Hay que tratarlos como parte de la familia: piensan como un niño, tienes que educarlo, enseñarle como si fuera a la escuela”. Luis vive en Brillante de La Joya, y uno de los motivos por los que se dedica a su oficio es mantener viva la afinidad histórica entre los perros y sus amos.

Los perros no entienden nuestro lenguaje, pero captan ciertos signos a través de nuestro cuerpo y tono de voz. Para comunicarnos efectivamente con nuestras mascotas es necesario bajarnos a su nivel y tratarlos como si fuéramos otros perros, como si fuéramos una sola manada. Luis dice que “ellos necesitan un líder, y cuando no lo tienen es que ocurren los malos comportamientos”. Mientras más temprano eduquemos a nuestros perros, más rápido entenderán normas básicas de convivencia como no saltarle encima a las visitas. Lo que sí es imperativo es que no podemos pretender tener una mascota para que sea un adorno, ellos necesitan de mucho tiempo y como mínimo se los debe pasear dos veces al día.

Luis Torres vive en Brillante de La Joya, y uno de los motivos por los que se dedica a entrenar perros es mantener viva la afinidad histórica entre estos animalitos y sus amos.

Un entrenamiento de perro consiste en visitas diarias durante mínimo dos semanas. Durante una hora, los perros aprenden a entender ciertos comandos a través de palabras cortas en inglés como “sit” —para que se siente—, y “come”, para que se acerque. Es importante que imitemos ciertos comportamientos caninos para tener una comunicación efectiva. Un cachorro entiende que están jugando con él cuando recibe caricias o golpecitos en el pecho, a los lados de su trompa, o a los costados de su columna. Estos mismos movimientos son los que ellos utilizan para jugar. Por el contrario, cuando una hembra quiere corregir a su cachorro lo arrastra de la nuca. Para Luis los golpes no tienen cabida en ningún momento “no son necesarios y pueden derivar a un comportamiento violento que puede ser riesgoso”.

Un perro entrenado ayuda al bienestar de sus dueños y de la mascota: dejará de ser un dolor de cabeza para quienes lo cuidan y podrán disfrutar de su compañía. Cuando un perro ha aprendido a comportarse, estará quieto cuando abran la puerta y solo saldrá si así se lo ordena su amo. No rogará por comida mientras sus dueños cenan, ni tampoco se alterará cuando observa otros perros. Luis advierte que los perros son de rutinas, y si no las seguimos no se portarán bien.

 


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